El pasado 29 de diciembre del 2024, a eso de las 13 horas, se escuchó un fuerte derrumbe en pleno Centro de la ciudad de Calkiní, que causó alarma entre la población.
De la parroquia de San Luis Obispo emanaba un polvo que lo cubría todo, y los vecinos se acercaron a observar, percatándose de que la cúpula de la parroquia se había desplomado.
La noticia corrió como reguero de pólvora tras una transmisión en vivo realizada por el párroco Fernando Manzo Barajas en la página de la parroquia, lo que generó que la feligresía acudiera a ver en qué podían ayudar.
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Afortunadamente, una hora antes del derrumbe ya había finalizado la misa y la parroquia estaba cerrada, por lo que no se reportaron personas lesionadas.
Los primeros en llegar fueron jóvenes que comenzaron a retirar objetos e imágenes religiosas, mientras los fieles lamentaban que las autoridades no atendieran los reportes previos del párroco, quien había advertido sobre el riesgo estructural.
Un año después del desplome, apenas se ha logrado la reconstrucción del sotocoro en su forma original. Los trabajos continúan lentamente, reutilizando piedras para formar la media luna del techo del templo.
El INAH inició los trabajos de restauración en mayo de 2025, enfrentando una obra complicada por tratarse de una bóveda de cañón con detalles históricos. Además, deben restituirse retablos, nichos, pilas bautismales, columnas, barandales y puertas, lo que implica una serie de tareas complejas.
