Desechar aparatos electrónicos sin el debido manejo representa un daño de miles de años al medio ambiente, ya que algunos de sus componentes, como los metales pesados, plásticos y otros, no pueden ser eliminados por la naturaleza, lo cual afecta a todos los seres vivos, desde la fauna silvestre hasta la humana, así como a los cuerpos de agua.
Yury Peña Ramírez, investigador y especialista en biotecnología, ecología forestal tropical y microbiota, quien labora en el Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) Campeche, recordó que hay casos donde los desechos se filtran al acuífero de la región al existir un suelo kárstico, es decir, sumamente permeable.
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Este panorama resalta ante datos oficiales, donde se estima que en la capital campechana se generan hasta 5,600 kilos de basura tóxica al día, que en la mayoría de las ocasiones no es recolectada por la empresa encargada.
El investigador destacó que este tipo de agentes contaminantes llegan a los hogares mediante el agua y los alimentos, tanto de origen animal como vegetal, lo que puede afectar la salud al existir moléculas capaces de interrumpir los ciclos hormonales, causando cáncer y otras enfermedades.
“Por eso es importante que estos desechos se lleven a los centros de reciclaje, donde hay máquinas especiales que trituran y separan los residuos y los procesan de manera adecuada para que no lleguen al ambiente”, explicó.
Recordó que los metales pesados como el plomo, cromo, cobalto y otros, incluidos en pilas y circuitos electrónicos, permanecen en el ambiente millones de años.
Destacó que incluso cumplen muchos ciclos de vida en los seres vivos, presentes en alimentos que se consumen, y continúan en el entorno tras la muerte y entierro de los organismos.
En cuanto a los aceites, recordó que los empleados en sectores de alimentos no generan tanto daño, pues existen hongos y bacterias que los degradan. Sin embargo, los derivados del petróleo son de los más dañinos, ya que tardan hasta 50 años en degradarse.
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JY
