
La presencia de personas en situación de calle o dedicadas a la mendicidad ha ido en aumento en diferentes puntos de Campeche, tales como en la capital del Estado y Ciudad del Carmen. Sin embargo, detrás de esta problemática visible hay una realidad compleja que no siempre se analiza con detenimiento, ya que muchos son problemáticos, se dedican a actos ilícitos y/o se drogan.
Y es que, en la ciudad capital, la gente prefiere ir a los supermercados donde hay seguridad y videovigilancia, que llegar al Mercado Principal “Pedro Sáinz de Baranda”, donde las personas en condición de calle generan problemas de inseguridad en la central de abastos y la zona centro, indicó el líder y locatario del principal centro de abasto, Renato Noh Tamayo.
“Trabajo honrado hay, desde limpiar parabrisas, lavar carros o motos, hasta trabajar de cargadores en el Mercado Principal, falta que las personas que viven en la calle quieran laborar”, indicó el locatario.
Noh Tamayo recordó que no existe un estimado de las personas que se dedican a actividades ilícitas, que iniciaron con el robo de carteras y ahora hurtan celulares, que luego llevan a las casas de empeño donde no los condicionan a mostrar el origen del producto antes de recibir su pago.
Dijo que uno de los horarios más problemáticos es por la noche, donde el centro de abasto prácticamente queda desolado y es un espacio con las condiciones para que las personas en condición de calle puedan cometer ilícitos, drogarse o tomar bebidas embriagantes.
“En la zanja de noche está super oscuro e impera la delincuencia. Esto genera que la gente prefiera ir a los supermercados por la seguridad privada, que afecta de forma directa a los locatarios,” informó.

Mientras que, en Ciudad del Carmen, el panorama no es diferente, pues locatarios del mercado “Alonso Felipe de Andrade” también han denunciado la presencia de estas personas y el disgusto que genera su presencia, pero particularmente su insistencia en que les den dinero.
Ante esta problemática, el director del Centro de Integración Juvenil (CIJ) en la isla, José Manuel Sánchez Bonilla, mencionó que es una realidad que siempre existen comentarios sobre apoyarlos o no, ya que muchas de estas personas podrían estar utilizando los recursos obtenidos no para alimentarse, sino para mantener adicciones a sustancias.
“Hay casos que sí merecen el apoyo, como personas con discapacidad o con condiciones evidentes de vulnerabilidad, pero también hay quienes han hecho de la mendicidad una forma de sostener una dependencia a drogas o alcohol, y al darles dinero sin discernimiento, lo que hacemos es alimentar esa conducta”, expresó.
JY