Campeche

“Chú o Yeti Maya”: Leyenda viva del monte y el misticismo ancestral en Campeche

El Chú es una figura mítica presente en la tradición oral de los pueblos mayas del sur de México, especialmente en Campeche. Conocido por algunos como el “Yeti maya” por su apariencia salvaje y misteriosa
¿Qué es el Chú y por qué lo llaman “el Yeti maya”?
¿Qué es el Chú y por qué lo llaman “el Yeti maya”? / Especial

En las comunidades mayas del sur de México, especialmente en estados como Campeche, Yucatán y Quintana Roo, persiste una figura mítica que ha sobrevivido al paso de los siglos: el Chú. Descrito por algunos como una especie de “Yeti maya”, este personaje del folclore mesoamericano representa una mezcla entre leyenda, guardián y sabiduría ancestral, cuya imagen aún habita en la memoria colectiva de campesinos, abuelos y guardianes del monte.

¿Qué es el Chú y por qué lo llaman “el Yeti maya”?

El Chú es, según la tradición oral, un ser de gran tamaño, cubierto de pelo o ramas, que habita en lo profundo de la selva. No es propiamente un animal ni un espíritu maligno, aunque puede mostrarse agresivo o protector dependiendo de cómo se le trate. Algunos lo describen con pies grandes, voz grave y mirada penetrante, capaz de desorientar a los cazadores o trabajadores que entran al monte sin permiso de los “aluxo’ob” (espíritus guardianes).

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El apodo de “Yeti maya” nace en tiempos recientes, comparándolo con la criatura del Himalaya por sus características físicas y su relación con entornos naturales extremos. Sin embargo, a diferencia del Yeti, el Chú tiene un papel simbólico y ritual más profundo en la cosmovisión de los pueblos mayas.

Origen y uso ancestral: ¿para qué servía el Chú?

Los antiguos mayas no veían al Chú como un enemigo, sino como una especie de espíritu protector del monte. Se cree que esta figura surgió para educar a los más jóvenes sobre el respeto a la naturaleza, para advertirles que no todo puede tomarse del monte sin permiso. Muchos ancianos de comunidades en Calakmul, Hopelchén, Candelaria o Champotón afirman que el Chú era también una forma simbólica de explicar fenómenos como:

  • Desapariciones en la selva
  • Ruidos extraños en la noche
  • Desorientación en el monte o caminos encantados
  • Castigos a quienes talaban sin ofrecer ofrendas

En algunos relatos, el Chú se vinculaba a los rituales agrícolas. Era común que los ancianos colocaran ofrendas o pidieran permiso para entrar a ciertas zonas del monte, como muestra de respeto no solo al Chú, sino a toda la vida espiritual del ecosistema.

Presencia actual: ¿mito o advertencia?

Aunque hoy muchos lo consideran solo un cuento o leyenda, la figura del Chú sigue viva en el relato de muchos campesinos que aseguran haberlo sentido, oído o incluso visto entre la maleza. Algunos lo comparan con el "nahual" o el "Sisil-puk", otras figuras místicas del mundo maya, aunque el Chú tiene características únicas.

La figura del Chú sigue viva en el relato de muchos campesinos / Especial

En las escuelas comunitarias, algunos maestros han comenzado a rescatar estos relatos como parte de la identidad cultural de la región. “No es solo un monstruo del monte, es parte de nuestra historia y de cómo nuestros abuelos explicaban el mundo”, dice don Pedro Uicab, agricultor de Hecelchakán.

Lejos de ser solo un “Yeti maya”, el Chú representa la conexión espiritual entre los pueblos mayas y la naturaleza. Es un símbolo de respeto, advertencia y protección que habla de un tiempo en que la selva era sagrada y cada ser, real o imaginario, tenía un propósito en el equilibrio del mundo.