
Comprar una póliza de seguro agrícola resulta muy costoso, y el campesino y pequeño productor no tiene el capital económico para ello, señaló Alejandro Cauich Ek, líder productor de la comunidad de Katab y comisario ejidal. Recordó que, hasta hace seis años, el Seguro Catastrófico que ofrecía el gobierno estatal a través de la entonces Secretaría de Desarrollo Rural (SDR), era un respaldo importante para quienes sufrían siniestros en sus cultivos.

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“No era mucho lo que se recibía por hectárea, pero al menos servía para abonar a la deuda o subsistir en el hogar”, expresó.
El programa estatal cubría afectaciones por sequías, inundaciones o fenómenos meteorológicos, y aunque los pagos se demoraban, sí representaban un alivio para los labriegos. Por cada hectárea siniestrada, el productor recibía entre 700 y 800 pesos, previa verificación por parte de la aseguradora.

Actualmente, dijo, los campesinos siembran con la bendición de Dios, esperando que las lluvias del temporal les permitan una buena cosecha. Pero cuando eso no ocurre, el problema se agrava porque los cultivos no están asegurados.
En Katab, de cada diez campesinos, posiblemente uno asegura sus cultivos, y lo hace porque adquiere paquetes tecnológicos ofrecidos por financieras agrícolas, que incluyen insumos y el seguro. Sin embargo, una póliza cuesta más de 2,500 pesos, cantidad que muchos no pueden pagar.
Este año, en Katab se sembraron alrededor de 500 hectáreas de maíz entre 180 productores, pero solo unas 20 o 30 hectáreas están aseguradas. De las primeras siembras, se perdieron unas 80 hectáreas, lo que representa una pérdida de 960 mil pesos, considerando que cada hectárea cuesta en promedio 12 mil pesos.

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También se reportó la pérdida de 30 hectáreas de chigua, con afectaciones cercanas a los 120 mil pesos, ya que cada hectárea requiere una inversión de aproximadamente 4 mil pesos.
Cauich Ek subrayó que Katab es una comunidad netamente maicera, y reiteró que antes, con el Seguro Catastrófico, el gobierno del Estado ayudaba, aunque fuera en pequeña medida, al campesino y al pequeño productor que enfrentaban afectaciones en sus cultivos.
JGH