Como una bocanada de alivio en medio de la situación económica actual, se registraron buenas ventas por la celebración de los fieles difuntos. Desde muy temprano, cientos de personas acudieron al mercado público Alonso Felipe de Andrade para comprar insumos para la preparación de pibipollos, así como dulces, flores y veladoras. Antes del mediodía, muchos locatarios ya habían agotado su mercancía, describiendo la jornada como satisfactoria y antesala del día máximo de ventas, este 2 de noviembre.
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Los dulces típicos elaborados por los propios vendedores se mantuvieron entre 40 y 50 pesos los 250 gramos. También se ofertaron merengues, suspiros y calaveritas de azúcar desde cinco pesos en adelante, según el tamaño. El papel picado, los manteles temáticos y adornos de cartón o plástico se vendieron al por mayor, pues las familias buscaban preparar sus altares con todo lo necesario.
El pan de muerto fue otro de los productos estrella. El pan de riñón con relleno de membrillo o queso crema costó entre 100 y 200 pesos, según el tamaño, y también se ofrecía por mitades. Las piezas en forma de calabaza se vendieron en 30 pesos cada una en tamaño mediano. Los comerciantes destacaron que, a diferencia de otros productos del año, este pan no presentó incrementos respecto a 2024.
En cuanto a los insumos para el pibipollo, la gallina, pavo y pollo prácticamente volaron desde las primeras horas, y después del mediodía ya había poco pollo fresco disponible. Las familias aprovecharon que coincidió con quincena para completar la despensa. La hoja de plátano, la más demandada, aumentó de ocho a 15 pesos, pero ningún comerciante se quedó sin vender. La manteca se mantuvo entre 60 y 70 pesos el litro. Carniceros afirmaron que respetaron precios para no afectar la economía familiar, vendiendo costilla, chuleta y pulpa de cerdo entre 80 y 95 pesos, incluso regalando pilón.
Mientras el mercado y sus alrededores lucieron abarrotados este 1 de noviembre, los panteones de Ciudad del Carmen también registraron importante afluencia. El cementerio general “Último Paseo” mostró imágenes que mezclan nostalgia e historia, con tumbas que datan del siglo XVIII. Este camposanto, ubicado en la calle 47 por 22 de la colonia Pallás, alberga aproximadamente seis mil criptas y monumentos dedicados a personajes históricos de la Isla, como el obelisco a ciudadanos franceses fallecidos por fiebre amarilla en 1862 y el mausoleo del filántropo Victoriano Niévez Céspedes.
Este panteón no tiene espacio para crecer, y solo quienes conservan propiedad pueden recibir sepultura. En contraste, en el panteón Colonia, con cerca de cinco hectáreas, los comerciantes de flores y alimentos fueron colocados en extensas áreas verdes, donde también se levantó un altar con rostros conocidos y una cruz de cempasúchil en el acceso principal, dando la bienvenida a las familias que acudieron a limpiar tumbas y colocar flores.
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Los locatarios del mercado tienen claro que este 2 de noviembre será el punto más alto de ventas, pues tradicionalmente es el día en que más familias visitan a sus difuntos y más pibipollos se preparan en los hogares, por lo que esperan cerrar estas fiestas con una recuperación económica más sólida que la del año anterior.
JGH