Para el año 2026, Petróleos Mexicanos (PEMEX) tiene la obligación de garantizar y supervisar de manera permanente el mantenimiento de todas sus instalaciones, con el objetivo de prevenir accidentes que pongan en riesgo no solo la vida de los trabajadores del sector petrolero, sino también la seguridad de las comunidades que habitan en las zonas aledañas a los complejos industriales.
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Uno de los puntos críticos es el Centro de Proceso y Transporte de Gas en Atasta (CPTGA), donde en 2025 se reportaron al menos tres accidentes, con una víctima mortal. De continuar el esquema actual, toda la Península de Atasta estaría expuesta a lo que líderes sociales califican como una “bomba de tiempo”.
El delegado estatal del Frente Nacional de Pueblos Indígenas y Comunidades Marginadas, Froilán Palestino Cruz, señaló que líderes sociales en los siete poblados de la región del municipio de Carmen han solicitado gestiones oficiales ante la empresa para que se dé prioridad al mantenimiento de sus instalaciones, tras los constantes accidentes registrados en el año que concluye.
El representante social calificó como lamentable que, pese a los antecedentes y a los llamados de organizaciones civiles y comunidades, continúen registrándose incidentes relacionados con presuntas fallas técnicas y falta de mantenimiento. Como ejemplo, recordó el hecho ocurrido en el CPTGA, el cual, afirmó, deja en evidencia omisiones en labores preventivas y protocolos de seguridad.
Palestino Cruz sostuvo que estos sucesos no deben verse como hechos aislados, sino como señales de alerta que obligan a una revisión profunda del estado real de las instalaciones petroleras, muchas de las cuales operan desde hace años y requieren mantenimiento constante y especializado. Advirtió que la falta de acciones oportunas puede derivar en tragedias de mayores dimensiones, tanto para el personal como para la población civil cercana.
Asimismo, señaló que las comunidades indígenas y marginadas que viven en regiones petroleras son las primeras afectadas cuando ocurre un accidente, ya sea por riesgos a la salud, daños ambientales o interrupciones en sus actividades cotidianas. Por ello, consideró indispensable que PEMEX asuma su responsabilidad social y actúe con mayor rigor en materia de prevención.
Finalmente, hizo un llamado directo a la empresa productiva del Estado para que refuerce de manera inmediata las acciones de revisión, mantenimiento y seguridad en todos sus complejos, subrayando que la prevención debe ser una prioridad y no una reacción posterior a los accidentes. Recalcó que invertir en mantenimiento y supervisión no solo protege la infraestructura, sino que salva vidas y evita daños irreparables a las comunidades y al entorno.