
Una tortuga marina fue atropellada la noche del pasado jueves, mientras intentaba desovar en la carretera costera Carmen–Puerto Real. Los hechos se reportaron cuando el quelonio, aparentemente desorientado por las luces de los vehículos, cruzó la vía y fue embestido.
Se trata del primer caso registrado en la temporada de anidación 2025, generando alerta entre ambientalistas y autoridades.

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El lamentable suceso fue reportado por Tomás Jesús Ávila Argáez, presidente del Centro Ecológico Isla de Tris y coordinador del Campamento Tortuguero en la región, quien destacó que, siendo la tortuga carey (Eretmochelys imbricata) una especie en peligro crítico de extinción, su muerte representa una gran pérdida para la conservación.
De acuerdo con Ávila Argáez, la hembra, de aproximadamente 87 centímetros de largo, emergió del mar para cumplir con su ciclo reproductivo. Sin embargo, la proximidad de la carretera a la playa y las luces de los vehículos provocaron su desorientación, llevándola a cruzar la vía, donde fue atropellada.
“Por lo que se presume fue un tractocamión, lamentablemente tuvimos esta pérdida, como ha ocurrido en años anteriores cuando las tortugas salen a desovar. La carretera le arrebató la oportunidad de reproducirse, por eso siempre hacemos llamados urgentes a reforzar las medidas de protección, a circular con precaución, pero la población no ayuda”, lamentó.
Una zona crítica sin protección efectiva

Ávila Argáez explicó que la franja costera, comprendida entre los kilómetros 28 y 37 de la carretera costera, es un corredor natural para el desove de tortugas marinas, principalmente de las especies carey y blanca. Sin embargo, a pesar de su importancia ecológica, sigue expuesta al tránsito vehicular y a la intervención humana.
Desde hace semanas, bajo la coordinación con el Área Natural Protegida (ANP) Laguna de Términos, y con la supervisión de la bióloga Patricia Huerta y el director Hugo Navarro, se ha trabajado en la colocación de barricadas y barreras preventivas para impedir que los quelonios crucen hacia la carretera.
No obstante, la falta de colaboración de algunos propietarios de terrenos aledaños a la playa ha puesto en riesgo a las tortugas, lo que quedó reflejado en este atropellamiento.
“Por desgracia, algunos dueños quitan las barreras que colocamos. Estamos visitando predios uno por uno, avisando y pidiendo apoyo, pero muchos hacen caso omiso”, denunció Ávila.
Uso de tecnología y redes vecinales
Como medida complementaria, los grupos de conservación han implementado redes de vigilancia vía WhatsApp, para dar seguimiento a los avistamientos y alertar en tiempo real sobre la presencia de tortugas en la zona. Sin embargo, estas acciones no son suficientes ante la constante circulación de vehículos de carga pesada.
La muerte de este ejemplar carey no solo representa la pérdida de un individuo en una especie críticamente amenazada, sino también un revés en los esfuerzos de conservación comunitaria.
“Estamos hablando de una especie protegida por la NOM-059-SEMARNAT-2010, y cada pérdida impacta directamente en su recuperación poblacional”, recordó el ambientalista.
Asimismo, instó a los propietarios de predios costeros a sumarse activamente a la conservación.
“No es solo un tema de activismo, es una responsabilidad compartida. Todos debemos proteger a estas especies, que ya enfrentan demasiadas amenazas por el cambio climático, la contaminación y la pesca incidental”, recalcó.
JGH