
Integrantes del Sindicato de Matarifes realizaron una manifestación pacífica frente a las instalaciones del Rastro Municipal, en protesta por las irregularidades que, aseguran, enfrentan desde hace varios años y que no han sido atendidas por las autoridades. Acusaron al personal del recinto de matanza de un trato prepotente y revanchista.

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El gremio carmelita, integrado por entre 60 y 70 matarifes, recordó que igual número de familias dependen directamente de estas instalaciones, por lo que urgió a las autoridades a abrir espacios de diálogo y a revisar la actuación del personal heredado de la anterior administración.
En las pancartas exhibidas durante la protesta, denunciaron presuntas prácticas de extorsión, tema que consideraron delicado, pero del cual dijeron contar con pruebas. Y si decidieron tomar esa medida, es para ser escuchados por el presidente municipal, Pablo Gutiérrez Lazarus, a quien, aunque reconocen su gestión, probablemente no esté al tanto de lo que ocurre en este lugar.
Primo Salazar Góngora y Martín Francisco Salazar Baltazar, integrantes de la organización, señalaron que estas problemáticas se arrastran desde la gestión del anterior director de Servicios Básicos, Darwin Sánchez Hernández, quien, acusaron, mantuvo una postura de cerrazón hacia el sindicato.

“Con él todo era un no, esa actitud la adoptó también su personal, desde el administrador hasta los empleados de menor rango, tratándonos de manera prepotente y revanchista; ahora con el nuevo director, Edwin Mayo Sánchez, ya lleva dos meses en el puesto y lamentablemente no hemos tenido ningún acercamiento y los problemas siguen”, expresó.
Los inconformes aseguraron que el personal del rastro continúa actuando con arbitrariedad, aplicando criterios desiguales en la operación; un ejemplo, denunciaron, es la recepción de animales estipulada en el reglamento municipal, que data de hace 18 años, ya que no se cumple con puntualidad por parte de los funcionarios, quienes suelen presentarse hasta dos horas tarde, mientras que a los matarifes no se les permite retrasarse ni unos minutos, so pena de perder el ganado.
“Ese reglamento ya está descontextualizado, el Carmen de hace 18 años no es el mismo de hoy, solo podemos ingresar animales entre ocho de la mañana y una de la tarde, los traemos desde Escárcega, hay mucho tráfico en la avenida Isla de Tris, carreteras en reparación, problemas climáticos y si llegamos 10 minutos tarde, nos marginan, nos prohíben hacer el proceso, pero ellos entran a la hora que quieren”, reclamaron.

El Sindicato de Matarifes también ventiló que desde hace meses solicitaron permiso para utilizar un equipo de insensibilización de cerdos con valor de casi 500 mil pesos, adquirido con recursos propios, pero nunca obtuvieron autorización para hacer pruebas piloto, algo que les da mucho que pensar porque si ellos no contribuyeran con ese recinto, lo entenderían, pero no es así, siempre han apoyado al Gobierno como para que los traten de esa manera.
Cuestionados sobre el contenido de algunas pancartas exhibidas durante la protesta, donde denunciaron presuntas prácticas de extorsión, consideraron una situación delicada, pero de la cual dijeron contar con pruebas, para que, cuando las autoridades del Ayuntamiento de Pablo Gutiérrez Lazarus les abra las puertas al diálogo, las manifiesten.
“Queremos que el presidente se entere de viva voz de lo que sucede aquí, nosotros no buscamos confrontación, pedimos diálogo, porque de nuestro trabajo depende el sustento de nuestras familias, lo único que exigimos es que se nos atienda y se corrijan estas irregularidades”, subrayaron.