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Cultura

Un poema de amor para un mundo desesperado

Pilar Faller Menéndez

La poesía sigue viva, no ha muerto, es probablemente la expresión más íntima para expresarse, provoca sentimientos y crea imágenes para poder mirar la realidad y luchar contra el olvido, ya sea para encontrar respuestas, o para plantearnos preguntas, el mundo actual necesita la poesía que nos despierta para poder sentir la necesidad de actuar.

El premio Nobel chileno de Literatura, Ricardo Eliécer Neftalí Basoalto, mejor conocido por su seudónimo Pablo Neruda, saltó a la fama con la publicación de “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”, publicada en 1924, la cual le vale el reconocimiento de una de la más grandes figuras de la literatura chilena y latinoamericana.

La poesía es atemporal, capaz de mover sentimientos y sentirnos vivos con este género en el que los poetas expresan diversos temas que no son privativos para temas de amor o desamor, pero en este caso me permito incluir el Poema 15, de Neruda, de su publicación anteriormente mencionada:

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,

y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.

Parece que los ojos se te hubieran volado

y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma

emerges de las cosas, llena del alma mía.

Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,

y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.

Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.

Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:

déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio

claro como una lámpara, simple como un anillo.

Eres como la noche, callada y constelada.

Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.

Distante y dolorosa como si hubieras muerto.

Una palabra entonces, una sonrisa bastan.

Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

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