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Cultura

Cuando recuerdas una casa

Ivi May Dzib

Ficciones de un escribidor

Hay momentos en la vida que uno habita el mundo sin darse cuenta a ciencia cierta de las cosas que pasan, casi siempre es porque se está viviendo un momento muy amargo o saliendo de él, justo en esas ocasiones te topas con personas valiosas que por una causalidad de la vida aparecieron para enseñarte algo y para que puedas entender que la diversidad es algo que siempre encontrarás y que no está mal de repente congeniar con los demás, ya que uno se comporta como si no necesitara a la gente.

Aún así nunca fui capaz de adaptarme al ritmo de los otros y uno prefiere apartarse de los demás con la idea de que sólo estando acompañando puede pertenecer a un grupo. Pero aún así entré a formar parte de un círculo de amistades que luego abandoné, tal vez porque me sentía abatido o porque los vínculos que creo con los otros casi nunca terminan siendo tan fuertes.

Hoy recuerdo una casa, ciertas tardes, la camaradería, el cariño, los inicios, aquellos días cuando uno era joven e irreflexivo y parecía que no había mañana y por eso nunca se terminó de amar ni de entregarse por completo a ninguna labor, los días cuando renunciando a todo terminé por regresar al mismo punto de partida: el teatro y la literatura.

Hoy hablo de los días pasados porque la muerte siempre los trae de vuelta, y no deja uno de sentirse afortunado por estar en estos momentos, y también vacío de que la vida sea este breve lapso de tiempo que sólo permite acotar el olvido y vivir de la nostalgia. A veces quisiera brindar en una solitaria compañía para hacerme creer que la historia pudo haber sido distinta y que uno debió de habitar, aún más el espacio que le cedieron los otros. Y así es como uno termina habitando una casa que le dio muchas alegrías en el pasado.

ivimayd@hotmail.com

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