Ivi May Dzib
Ficciones de un escribidor
I
La ventana del alma, el alma rota por los corazones que han dejado de latir o porque el animal es un hombre que con un sable apunta directo a las cuencas porque no se soporta a sí mismo más que en el provocador terror que deja desolados a los que no callan.
II
La mirada siempre atenta a tus labios y a los hijos, los hijos que nos miran como si les perteneciéramos o nos pertenecieran, pero sabemos que en algún momento hemos de partir. Pero su mirada se quedará tatuada en la bruma o en la tortuosa pelea que nos lleva a no claudicar, porque van tras tus ojos para que desistas, porque creen que así te dejan vacía el alma. Pero cómo puede vaciarse la vida si has abrazado los recuerdos que no saldrán del corazón. Mira y canta.
III
Cuando nació abrió los ojos y el mundo se le hizo frío como los brazos de la enfermera que la llevó al cunero para dejarla ahí por una eternidad. Poco a poco fue acostumbrándose a la mirada de su madre mientras amaba su pecho. Todo fue haciéndose nítido y de colores. Ahora quieren quitarle esa sensación para que deje de luchar por la vida.
IV
Cuando le da un beso en la mejilla lo siguiente es mirarla a los ojos para reflejarse en ellos, siempre la soñó y no es sino hasta ahora que puede mirarla. A veces pasa que con los hijos hay algo más que no puede nombrarse, que provoca que no puedas apartar la mirada de ellos. Regresarás a casa y esta vez la situación será distinta. No tiene vergüenza de verlo a la cara a pesar de estar mutilado, no tiene miedo del rechazo porque los lazos están por encima del cuerpo completo, no tiene odio porque ese hijo la rabia frena. Tiene orgullo de ser ese hombre que logrará un cambio.
V
Azules, cafés, verdes, miel, mar, claros, rojos, de sed, de vergüenza, de pasión, de ansia, de ilusión, de esperanza.
Hay un murmullo, una risa en el mural, unos minutos para que le sonría a Jennifer o a los mismos lugares y siempre estará de por medio una mirada, ahora que hemos abierto los ojos nos quieren dejar ciegos y sordos, pero vuelo de regreso en la mañana y estoy muy bien, con los ojos al cielo como si hubiera volado.
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