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Cultura

El Nacimiento, tradición que une familias: Crib, Creché, Krippé, Precepio o Belén

Roger Aguilar Cachón

La celebración de la Navidad o Natividad del Señor tiene en sí muchos elementos que se conjugan con un determinado fin. En este caso la instalación del Nacimiento en nuestros hogares es importante, ya que se recrea uno de los capítulos importantes de la religión católica que es el Nacimiento del niño Jesús. Es costumbre que en muchas partes del mundo se realiza y, por consiguiente, recibe nombres diferentes al que nosotros conocemos.

En otras latitudes, el Nacimiento recibe el nombre de Crib para los ingleses, en Francia se le conoce como Creché, en Alemania los teutones colocan en sus hogares el Krippé, en Italia se le conoce como Precepio, los españoles usan el nombre de Belén y, en la mayor parte de Hispanoamérica, colocan el Nacimiento.

Es importante hacer notar que los primeros nacimientos que se instalaron fueron con elementos vivos, es decir tanto animales como personas conformaban todo el conjunto, y el primer dato que se tiene de éste data del año 1223, cuando San Francisco de Asís estaba fuera de su lugar de origen, es decir peregrinando y al llegar la fecha de la Navidad, tuvo la idea de buscar y encontrar un espacio donde se colocaría y puso en un portal, en unión de otras personas, posiblemente peregrinos también o habitantes del campo, una representación del mismo con los animales que estaban cerca y con personas que se prestaron para tal fin. Esto ocurrió en una población cercana a Italia de nombre Reiti y el portal se colocó en la ermita del Greccio.

Durante muchos años, los nacimientos se colocaron solamente en las iglesias, ya sea dentro o en sus atrios, con personas vivientes y poco a poco fueron reemplazadas con grandes figuras de diversos materiales, pudiendo ser, entre otros, de porcelana, madera o bien de barro. Y con el paso del tiempo, esta tradición se fue extendiendo a los hogares de la feligresía católica de todo el mundo.

El primer Nacimiento no viviente que se conoce fue instalado cerca de Nápoles, también en Italia, a finales del siglo XV. Eran grandes figuras de barro, que representaban tanto a los personajes principales como a los animales. En ese entonces, el Rey Carlos II envió una orden para que se instalaran los nacimientos en todos los hogares donde se extendían sus dominios.

En el caso de la Nueva España, los frailes comenzaron a instalar los nacimientos como una estrategia de conversión de los indígenas y comenzar un camino hacia la evangelización, fue una labor muy complicada porque los naturales estaban ligados a muchos dioses que dirigían sus vidas en todas sus actividades. Fray Pedro de Gante fue, en 1528, la primera persona en celebrar la Navidad en el Nuevo Mundo, tal y como lo relata: “Cuando se acercaba la Pascua, hice venir a indios de toda la comarca y el patio se llenó a reventar, solían cantar la misma noche de la Navidad: hoy nació el Redentor del Mundo”.

Con el paso de los años, otro fraile, Toribio de Benavente, quien fue conocido como Motolinía, mencionó que en 1541, en el día de la Epifanía del Señor, los indígenas de Tlaxcala traían una gran estrella que tiraban de un cordel delante de las imágenes de la Virgen y del Niño Dios y ofrecían para la ocasión velas e incienso.

En el año de 1840, vivía en México Madame Calderón de la Barca y, como lo comenta Ruth Lechuga, cuando Mme. observó en una casa de personas acomodadas de la mencionada ciudad, dijo respecto al Nacimiento: “La escena era muy bonita, había plataformas cubiertas de musgos, instaladas alrededor de todo un cuarto, donde se dispusieron grupos de figuras de cera que representaban pasajes del Nuevo Testamento, adornado con árboles verdes y frutales, fuentes de agua, rebaños de ovejas y un pequeño pesebre”. Durante mucho tiempo se mantuvo esta costumbre, aún en tiempos de la lucha independiente y revolucionaria, y llegó con cambios en su estructura hasta nuestros días.

Los nacimientos se colocan por lo general, a partir del 16 de diciembre (aunque en muchos hogares se coloca al mismo tiempo que el árbol de Navidad a inicios del citado mes) y se elige para tal efecto la pieza principal, mayormente la sala y (en ocasiones, como ocurre en nuestra ciudad de Mérida, hay casas que ocupan toda una pieza para hacer esta representación), por costumbre se coloca un pesebre o una casita de madera y paja que se venden en muchos lugares de nuestra ciudad, y a partir de éste, se colocan tantos adornos como se tengan a la mano y algunas personas utilizan papel “tierra” para darle una imagen más verdadera. Por lo general, se coloca una gran estrella por encima de éste, para que los Reyes Magos puedan llegar el 6 de enero a rendir homenaje al Niño Dios.

Los nacimientos, por lo general, están formados por una serie de figuras que pueden ser de diversos materiales, desde los más elegantes como la porcelana hasta de barro. Las figuras centrales, San José y la Virgen María, y un espacio para el Niño Dios que deberá colocarse a las 12 de la noche por la persona de menor edad. Están presentes, aunque no deben ser colocados sino hasta después del 24, los Reyes Magos, de diferentes tamaños y materiales, unos pueden estar solos o bien montados en su caballo, elefante o camello. Hay también pastores y pastoras, pozos, puentes, animales como bueyes y cabras, gallos, pavos, patos y no puede faltar un espejo cubierto con verdín o pasto haciendo de lago. Recuerdo el Nacimiento que ponía en su casa mi tía Rosa Escamilla, allá por mi infancia acudía a visitar a mi tío Cheno, esposo de la anterior. y me quedaba admirado por lo bonito que estaba tanto por su tamaño como por el contenido entre sus personajes y animalitos, desde luego que no podía faltar el famoso lago.

En nuestro país, hay lugares en donde por su tradición se fabrican figuras que componen el Nacimiento de diversos materiales, por ejemplo, en Michoacán se elaboran de barro que son muy reconocidas, Metepec se distingue por sus miniaturas, hay unos angelitos fabricados en Tzintzuntzan, y en Tlaquepaque, en Jalisco, se distinguen por la policromía de sus personajes. Hay lugares donde se elaboran de cera, por ejemplo, en Puebla se manufacturan los moldes y en Salamanca, Guanajuato, y Jacoma, en Michoacán, se distinguen sus figuras de cera.

Sin lugar a dudas, los personajes que se colocan en el Nacimiento variarán dependiendo de las costumbres del hogar donde se coloca, así como de la magnitud del mismo. Aunque también se presenta la posibilidad de poner alguna miniatura donde se muestre todos los elementos del nacimiento. En muchas tiendas departamentales, es común verlos de diferentes materiales, predominando los de cerámica y también los hay de resina y madera. En los últimos años, han aparecido en algunos espacios comerciales, nacimientos que están dentro de una esfera y que al agitarlo, aparecen unos copitos de nieve para dar más realce a la temporada.

Las ciudades también colaboran con esta tradición, ya que cada año, a principios de diciembre, se colocan en los principales espacios turísticos grandes nacimientos para que la población en general, y los turistas en particular, se acerquen y se tomen fotografías como recuerdos. Es una práctica que se ha extendido tanto en las iglesias como en los municipios de nuestro Estado y, por lo general, en todo el país y el mundo.

Es importante destacar que esta es una costumbre de muchos años, en que las familias católicas se reúnen para armar el Nacimiento, y es un momento de armonía cuando todos quieren colaborar colocando los santos, peregrinos, animalitos y demás decoración, ya que a partir de su colocación y hasta el 6 de enero, estará en la casa para posteriormente dormir en alguna caja, un descanso que los traerá de vuelta hasta el próximo diciembre.

Es una tradición que debemos inculcar en nuestros hijos y demás familiares, ya que debemos preservarla porque forma parte de nuestra costumbre y cultura. Y ustedes, caros y caras lectoras, ¿ya colocaron su Nacimiento?

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