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Cultura

Junio mes de la diversidsad sexual…

Fernando Muñoz Castillo

II y última

Los brazos amorosos de muchos soldados han rodeado su cuello

y descansado en él,

los besos de muchos soldados se han demorado en esos labios

enmarcados por el bigote.

Walt Whitman, “El enfermero”.

Sin embargo, el primer movimiento homosexual no nació a raíz de junio de 1969, cuando la clientela de Stonewall Inn, bar ubicado en Christopher Street en N.Y., resistiera durante varios días la brutal represión de la policía.

El escritor Christopher Isherwood documentó la libertad sexual que vivió Alemania aún a principios del nazismo en su libro Adiós a Berlín.

Y no podemos olvidar la revista El Círculo, editada en Zurich de 1943 a 1967, revista trilingüe que llenó las expectativas de muchos europeos, así como sus fiestas, a las cuales acudían jóvenes de toda Europa.

En 2014 se realizó una cinta documental sobre esta agrupación homosexual única, que sobrevivió al régimen nazi, dirigida por Stefan Haupt. El nombre de la película es The Circle.

No podemos olvidar que en 1860 se publicó Hojas de hierba, de Walt Whitman, en donde el poeta exaltaba el erotismo masculino. Hoy, ya se conoce y tiene acceso a la copiosa correspondencia de este con sus jóvenes amantes.

Y los lugares de encuentro masculino existieron en bares y tugurios desde siempre y no solo en fiestas privadas.

Marguerite Yourcenar narra en Memorias de Adriano, que este emperador sentía una especial fascinación por los bares porteños donde relacionarse con jóvenes.

Las mujeres gozaron de más libertad para vivir con su pareja femenina. En la historia de nuestra cultura yucateca tenemos varios ejemplos; el más notorio y conocido es el de Rita María Cetina en el siglo XIX, y su asignación sexual no lesionó su prestigio como poeta, ni como pedagoga y punta de flecha para el feminismo del sureste mexicano.

Los estudios sobre la Revolución Mexicana dieron a conocer a las generales/as que hasta se casaron y adoptaron hijos para no perder su pensión. Hay fotos de algunas de ellas.

La presencia de Gabriela Mistral, la educadora de América, apreciada y admirada por los intelectuales de nuestro país y del mundo, vivió un romance con su secretaria y confidente Palma Guillén.

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