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Cultura

¡Mérida Blanca!

Gral. Div. D.E.M. Bernardo Vázquez Ramírez*

… en tu día 6 de enero del 2020.

Ayer

Ideal y sueño del marino ibero,

“…alcanzar los confines del oriente

navegando por occidente… Pero

jamás imaginar un continente…”

Tanto empeño sería coronado

con incalculable buena ventura,

que sin saberlo hubo encontrado,

rostros humanos de otra cultura.

Precedieron la gloria de fundarte;

la cultura milenaria, soldados

y fieles misioneros, al ofrendarte

los bosquejos por ellos formulados.

Portento, privilegio y ventura

la gracia concedida de fundarte,

entre la antigua arquitectura

maya y bendecida, consagrarte.

“… Sin cesar y desde entonces data la gloria

de nacer y ser indígena e hispana

por crecer y seguir siendo en la historia

linda mestiza de donde todo emana…”

Hoy

Al despuntar el alba, cada mañana,

despierta alegre y del sol inundada

se levanta, con pureza provinciana:

pudorosa, aseada e inmaculada!

Con flores y olores frescos desayuna

bajo verdes frondas de los flamboyanes.

Escuchando todo, fiel como ninguna

a viejas costumbres y añejos afanes.

Al transcurrir el tiempo. Cada día

acaríciala el sol, y si exagera;

en la horchata y el sorbete confía

y reanima sus frescos de primavera.

Ah! Y en la noches, los soplos de fragancia

del jazmín y otras flores, Mérida Blanca;

te tornan excelsa, febril y con ansia

de mecer el amor en una hamaca!

Tantos bienes y virtud acumulados

cuya gloria advierte un universo

donde vivimos, de ti, enamorados;

dando gracias con la rima de un verso.

“…En la tempestad aireada y turbulenta

que feroz impulsa la evolución de todo.

También a ti te ha alcanzado e intenta

cambiar tu noble mestizaje de algún modo…”

… y ¡Siempre!

A pesar de todo y del que todo espera:

en calles, en muros, en el verdor salvaje,

en la entraña de tus cimientos persevera

la gran fortaleza de un noble linaje.

Lo que antes fue selva, selva y sementera

que acunó y nutrió a toda una cultura

seguirá siendo tuya, lo que de ella fuera:

la tenaz voluntad, la fe y la cordura.

Por esas virtudes de tu crecer moderno

que es inevitable, contén y procura

preservar la verdad del mensaje eterno

y por la gracia del Señor, conservarte pura.

¡Ah! ¿Que más te dijera? ¿Que más te mereces?

Boxita de mi amor. Rezar por ti quisiera

y encomendar tu alma una y mil veces

a Dios, para que nada en ti muriera.

¡Mas! Ante este imposible y humano deseo

te ofrezco estas rimas, mi amor y cariño.

Que darte a ti, lo que sin ti no tengo. Veo

y creo, que así soy sincero, como un niño.

“…Al fin cuanto quieran y te puedan decir

aquellos, como yo, con la pasión más pura

que con solo soñar y en tu entraña vivir,

serán bendecidos; por la buena ventura!”.

* Encgdo. Edo. Mayor de la S.S.P.

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