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Cultura

La ironía, un recurso que requiere de inteligencia y agudeza

Pilar Faller Menéndez

“Cuando más dura la ironía, menos enérgico tendrá que ser el modo en que

se lo diga”.-

Raymond Chandler

Deberíamos preguntarnos qué es la ironía, ya que la empleamos constantemente, pero no conocemos su definición. Esta es una forma de burla en la cual expresamos ya sea un reconocimiento o valoración, los cuales no corresponden a lo que se piensa o se siente a todas luces. Al utilizarla, siempre está implicado un trabajo en el que destaca la inteligencia racional.

La ironía puede variar en el grado de obviedad o disimulo, tanto como el grado de su complejidad intelectual. Se da en un contexto determinado, ya sea preparado o improvisado. La intención suele ser por lo general obvia cuando es oral, por el tono que se utiliza, aunque también puede disimularse cuando se utiliza un tono neutro. Si ésta provoca la risa de terceras personas es porque éstos cuentan con alguna información al respecto de la ironía empleada, y con esto se establece una cierta complicidad.

Para profundizar un poco más acerca de la ironía, es también pertinente comentar que tiene un papel importante dentro del estudio del humor, así como dentro de las relaciones humanas.

Este tema tiene como finalidad el relacionar aquella ironía que se encuentra en el sentido del humor, ya que su finalidad debe ser provocar risas, aunque también se utiliza para burlarse de la gente, ya que existen varios tipos de ironía, como la dramática que se utiliza en las tragedias, o la llamada ironía socrática que no tiene como objetivo provocar la risa.

La ironía se ha ganado una fama negativa, ya que se encuentra en la delgada línea entre la ofensa y la risa. La burla irónica puede, en un momento dado, causar risa a la víctima, pero ésta también puede sufrir o molestarse cuando a causa de ella se producen risas insanas, cuando se percibe como una especie de conspiración en la que se pone a la persona en ridículo ante los demás.

No cualquiera puede ser irónico, ya que depende en gran parte de la calidad y de la complejidad de la elaboración de quien la concibe, es por este motivo que se le relaciona tanto con la inteligencia, más que a otros formatos de burla o humor. Podríamos decir que es necesario tener cierta agudeza mental para poder formularla.

Mientras más información se tenga, así como cultura y conocimientos, el creador y a los que podemos llamar sus cómplices, puede crear una ironía que produzca más efecto, y por lo tanto más sonrisas, aunque si la víctima carece de información ésta no tendrá el efecto deseado y no se dará por aludida de que es objeto de burla.

Se ha tergiversado mucho el concepto de la ironía, que popularmente se utiliza como una simple burla, perdiendo la característica de su significado de ser lo contrario de lo que se está expresando, y entonces se le confunde con incongruencias, así como frases ilógicas. Una frase irónica podría ser: “El lobo siempre será el malo, si la caperucita es la que cuenta la historia”, lo cual puede provocar risa cuando alguien tilda a alguien de malo, y éste se hace a la víctima, cuando se sabe que no es verdad.

Aunque muy a menudo leemos frases como “la ironía del destino o de la vida”, esto no produce risa, y mucho menos una sonrisa, muy por el contrario, ocasiona lástima y tristeza, por lo tanto, llamarle ironía sería inapropiado, ya que no nos ayuda a entender el concepto que tiene dentro del humor.

Algo que debemos tener muy presente, si queremos utilizar la ironía humorística, es que si ésta está cargada de burla, es muy probable que se convierta en sarcasmo, el cual es un dicho irónico y cruel con el cual se ridiculiza, humilla o insulta a alguien, tampoco la parodia es una ironía, ya que en ésta se hace burla directamente a la víctima, de frente y sin rodeos.

¿Por qué usamos la ironía cuando podríamos ser literales y directos todo el tiempo y complicarnos con dobles sentidos? Hay quienes no pueden evitarla, y en cierta forma, es parte de su personalidad y de la forma en la cual expresan su humor, y como se ha mencionado, hay que tener fineza y habilidad para utilizarla, evitando así que se convierta en sarcasmo.

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