Cristóbal León Campos*
Todo se fue marchando,
la médula repartida en remanentes
terminó por romper
lo que el viento no pudo;
antiguas relaciones y el descaro
inaudito de la juventud
quedan sobre la mesa
junto a las batallas
compartidas que nos confrontan.
El juego cambió de sentido y
las normas se acomodaron pendiendo
del receptáculo cargado de vino,
se fueron las mañanas
poseídas por la risa,
llevándose consigo la corriente
arrulladora de los versos compartidos.
El telón bajó y se escondió,
es más fácil excusarse
que beber la cicuta por los otros,
así, entre llantos y pretextos
abolimos la belleza.
Guardó para mí aquello
que prefirió ocultar
y era lo más puro de la esencia.
Ahora que la vida es confinada,
recuerdo la libertad de nuestras manos
buscando una caricia.
Al final todo se marchó,
confirmando la gran verdad
de nuestra historia;
la vida apuesta por la vuelta de hoja
obligando al compromiso
a reinventarse
sin perder su espíritu.
*Integrante del Colectivo Disyuntivas