Conrado Roche Reyes
Entre las cosas que sólo pasan en Yucatán en materia del deporte-ciencia se cuentan las clases gratuitas que en forma espontánea ofrecen con frecuencia Grandes Maestros y Maestros Internacionales durante las visitas que hacen a la céntrica “Casa del Ajedrez”.
El Maestro Internacional capitalino Benjamín Góngora Montes, conocido entrenador de vasta experiencia, es uno de los personajes que lo primero que hace al llegar a Mérida es cumplir con el ritual casi obligado de apersonarse al edificio de dos plantas, también conocido como la “Casa de los Ladrillos” o “Plaza Diamante”.
En ese sitio, ubicado en la calle 62 x 63, contra esquina de la Plaza Grande, el buen Benjamín no desaprovecha la oportunidad de compartir sus conocimientos sobre el campo de batalla de las ideas. Y lo hace con la humildad que caracteriza a los grandes, sin importar si los alumnos en turno son de alto rendimiento o principiantes.
El pasado jueves 17, procedente de Cancún, donde participó en la recién concluida “Copa Cámara y Asociados”, llegó a la “Casa del Ajedrez”, en cuya planta baja está una tienda especializada en artículos del juego ciencia. Ahí departió durante largo rato con el encargado, el ex campeón estatal Jorge Alberto Balam Díaz, con quien intercambió impresiones sobre los últimos acontecimientos del Ajedrez a nivel nacional.
Tras sostener una partida amistosa con Balam Díaz, en la que hizo valer su jerarquía, el maestro internacional subió al club “Bobby Fischer”, donde, sin importarle que pocas horas después jugaría la ronda inaugural del torneo “Modesto Castellón”, les impartió a unos pequeños instructivas cátedras sobre aperturas, medio juego y finales.
Otro que intervino en el evento en Quintana Roo, el gran maestro Juan Carlos González Zamora, oriundo de Cuba y residente en Mérida desde hace varios años, también disfruta ofreciendo clases gratuitas cuando se presta la ocasión en el “Bobby”, como hizo antes de viajar a Cancún.
Mario Peraza, un jugador conocido por la afición, se presentó en el lugar en vísperas de la “Copa Cámara” y anunció entusiasmado que el GM González Zamora le daría clases en unos momentos, “por tan sólo 80 pesos”, cuando normalmente el veterano instructor cobra $500 la sesión.
En principio nadie le creyó a “Marito”, como le llaman sus amigos, pero el Gran Maestro no sólo llegó y dio la cátedra personalizada, sino que lo hizo en forma totalmente gratuita. Como el que da recibe, González Zamora se coronó días después en Cancún, por delante de otros cinco competidores llegados de la Mayor de las Antillas.
Por cierto, a últimas fechas, fruto de la envidia y la mediocridad, ha surgido desde el Altiplano una serie de críticas contra la participación de las estrellas cubanas en importantes torneos de Ajedrez que se realizan en el Sureste y en otros puntos del país.
No quieren darse cuenta de la valiosísima aportación de los isleños, no sólo por el hecho de darles prestigio a las competencias, como han hecho con el “Carlos Torre” y el “Modesto Castellón”, sino porque su contribución incluye el entrenamiento a niños y jóvenes talentosos de varios Estados de la República, principalmente de Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Tabasco y Veracruz.