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A francisco Rivera 'Paquirri” lo mató un toro en la Plaza de Pozo Blanco

Por Ele Carfelo

El pasado mes de agosto, ha sido una fecha trágica para la fiesta de los toros, por el triste suceso de la cornada y muerte de uno de los grandes toreros de la historia, Manuel Rodríguez “Manolete”, suceso que comentamos en la columna en días pasados.

El mes de septiembre tuvo otra fecha triste en la historia taurina por otra cornada mortal a otro matador que también alcanzó las cumbres de la torería. FRANCISCO RIVERA “PAQUIRRI”, tragedia que sucedió el 26 de septiembre de 1984, cuando el toro “AVISPADO” de la ganadería de los empresarios de Algeciras, “SAYALERO Y BANDRES”, clavó el pitón al gran torero, en la parte superior del muslo derecho, junto al “triángulo de acarpa”, que le destrozó las venas zafena y femoral, con tres trayectorias, que provocó una enorme hemorragia que no pudieron controlar los médicos. Sucedió esto en la Plaza, muy pequeña por cierto, del pueblo de “POZO BLANCO”, que está a unos 50 kilómetros de la ciudad de Córdoba.

Pero recordamos algo acerca de la trayectoria de este torero, que fue un “figurón” en su tiempo, y al que alguna vez vimos torear en nuestra Plaza “Mérida”, cuando la manejaba el Capitán Castro Gamboa, en un cartel en el que alternaba el español, con Manolo Martínez, que estaba en su “momento”, y con Miguel Munguía “El Inspirado”, quienes mataron un encierro de “SANTACILIA”.

Nació Francisco Rivera en Zahara de los Atunes, el 23 de marzo de 1948, pero al poco tiempo, la familia se pasó a vivir al cercano pueblo de Barbate, de ahí que con mucha frecuencia, la prensa taurina se refería a Francisco, como “el torero de Barbate”.

“Paquirri” debutó con caballos en Barbate, en agosto de 1962, apenas con 14 años. Su campaña novilleril, exitosa, la comparte con otro novillero que también llegó a ser “figura”: Sebastián Palomo Linares, y es el 11 de agosto de 1966, en la Plaza Monumental de Barcelona, que recibe la alternativo de manos de Paco Camino, con Santiago Martín “El Viti” de testigo. El 1 de octubre se presenta por primera vez en Sevilla, alternando con Jaime Ostos y “El Cordobés”, corta tres orejas, y abre por primera vez “La Puerta del Príncipe”. El 18 de mayo de 1967, se presenta en Madrid para confirmar su alternativa, siempre de manos de Paco Camino, y con José Fuentes de testigo. Desde ese momento, en ese año de 1967, torea 67 corridas, en 1968 torea 69, en 1969 torea 75, en 1970 torea 64, y en 1971 hace el paseo en 60 ocasiones, manteniéndose año a año a ese ritmo, siempre en el mismo “primer pelotón” de la torería española. En 1971, es cuando hace su primera incursión a los ruedos mexicanos, que es cuando nos visita en nuestra Plaza.

En todo este tiempo, “Paquirri” cimentó su prestigio en una espléndida técnica, y va puliendo paulatinamente la belleza con que ejecuta las suertes, exponiendo cualidades de poder, de arte, y unas prodigiosas facultades. Así se mantiene en los primeros lugares del escalafón, y durante su brillante carrera, se casa con Carmina Ordóñez, hija de otra gran figura del toreo, el rondeño Antonio Ordóñez, y con ella tiene dos hijos, Francisco y Cayetano, que con el tiempo, ambos llegarían a ser magníficos matadores de toros.

Llega el mes de septiembre de 1984 y “Paquirri” tenía ya hechas las maletas para viajar a América a hacer su última temporada latinoamericana, pues ya había programado su retirada de los ruedos, y hacía el viaje con su esposa y su hijo pequeño, pues ya se había casado en segundas nupcias con la cantante española Isabel Pantoja, y el contrato con Diódoro Canorea para torear en la Feria de Pozo Blanco, a cerrar su Temporada española.

“Paquirri” hizo el paseíllo vestido con bello terno Azul Cobalto y Oro, y alternaba con Vicente Ruiz “El Soro”, y José Cubero “Yiyo”. Al primer toro de la tarde, Francisco le cortó las dos orejas, después de magnífica faena. Y salió “Avispado” en el cuarto lugar, y cuando “Paquirri” lo lanceaba para llevarlo al caballo, al toro lo prendió por el muslo derecho infringiéndole la pavorosa cornada que ya describimos, y en la rudimentaria enfermería pueblerina, los médicos lucharon por operarle, estando el torero en sus cinco sentidos, indicando a los médicos instrucciones para la operaciones, pero estos optaron por no operar, por falta de los elementos necesarios y decidieron llevarlo al Hospital “Rina Sofía” de Córdoba, pero en el trayecto, sufrió un paro cardiorespiratorio y el torero llegó muerto a Córdoba. España entera se conmocionó con la noticia, y con ella, todo el mundo taurino. ¡Dios lo tenga en su Gloria!

elecarfelo@hotmail.com

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