Palabras-Palabras
Venimos con otras palabras sonsas leva dura.
Leva: efecto de levar anclas, irse, levas civiles: alistamiento a la fuerza de jóvenes, para hacerlos soldados y mandarlos a combatir, leva revolucionaria.
Y dura (sin mayores problemas).
Don Lorerot Vivas don Lorer Ot Vivas cantor del pueblo en novenarios y misas, tenía ya setenta y dos años y quería casarse por quinta vez, no hay quinto malo, lo difícil es encontrar un quinto (una virgen) de sus ojales.
El duque de Rivas, de descendencia real según don Enteleque del Fiel Conde del Portón, zanjaron sus diferencias en un duelo a espadas, donde salieron mal heridos no del filo de las espadas, sino de los porrazos, siendo el último duelo en Beyhualé.
Sus mujeres llevaron riguroso luto, vistieron de negro un año, mientras los quejosos se reponían pensando en el próximo combate.
Que por fortuna no se dio, pues al transcurrir el tiempo se apagaron los ánimos guerrosos.
Maximito
Los caballos se pueden desbocar
Don Julián Axé de la Cruz fue a visitar a su compadre Maximito Koyoc y de hamaca a hamaca, donde se sentaron, la conversación se hizo espléndida en vocablos mayas tamizados con algo de español. En eso entró a la casa de techo de huano un turix, ¿sabes lo que significa?
– La mera verdad que no me acuerdo, te vas tres años a los Estados Unidos y olvidas lo que somos, ¿tanto cambiaste?
– Así no lo creas, Box. La mera, la neta que ni te das cuenta y las cosas te empiezan a invadir.
– Is the cuestion. To be o no to beer.
– Mira, mira, Maestro, párale a tu coche que vas a mil por hora y los caballos que llevan la máquina se te pueden desbocar, al mejor tirador se le va la liebre. Ay si to (What?). I see to.
– Es un xec, porque el inglés lo hablas poco y de tarantela. Su ma’. Bonita pretty boy.
– ¿Te aprieto Box?
– You no sé tanto.
– ¿Quieres más?
– Me arraigo, Chapo.
– Fredy Hill.
– ¿De dónde?
– Vil, sí, chamaco, se te pegó el Hill. Llegar a los treinta en Gringolandia, muda como las víboras de piel, mi cuero es de los que ni siquiera se despeinan.
– Ya salió la mata de pelos, vas a llenar los caminos y como la canción Los viejos caminos del Mayab, pa’ entonado mi tío Pascualino Xul, aparte Tzab.
Maximito y la ballena
Que Poseidón tiene una cola como el alacrán, en vez de aleta hasta un aguijón, nadie en Beyhualé lo pone en duda desde que Maximito Koyoc nos habló del arte de imaginar y sus consecuencias a veces funestas.
Don Maximito de oídas conocía el mar y nunca se había atrevido a ir a la costa, hay resuellos y rescoldos; a él su compadre el Nash, porque sólo hablaba de un carro marca Nash, un día le cambió y le dijo: imagínense una plancha de acero verde y con salpicaduras de espuma, una gran bebida de chaya por lo verde, puesta a hervir y echada en la licuadora, ve cómo se hacen solas las olas con el remolino de las aspas y le salen grumos espumosos; agréguele a su menjurje un huevo con todo y clara y ahí tendrá la primera visión del mar.
Dice don Maximito que un pez muy grande se lo tragó y vivió en su estómago entretenido en pescar los meros y huachinangos que entraban, y este cetáceo lo vomitó en las playas de Uaymitún, ¡uay, mi piedra! Y alguien con barba y tridente lo persiguió dándole picones hasta Beyhualé, donde se descompuso el animalote y fue tan grande la peste que los beyhualenses abandonaron el pueblo hasta que la brisa y el sol secaron la osamenta colosal y hay quien dice que fue un dinosaurio de los que poblaron los mares hace siglos.
Maximito Koyoc