Síguenos

Última hora

Corea del Norte comienza a retirar altavoces de propaganda en la frontera con Corea del Sur

Internacional

Elecciones de medio término

Alfredo García

En torno a la noticia

La sabiduría popular norteamericana asegura que en cada elección legislativa de medio término, la mayoría del electorado castiga por sus inconsecuencias al partido en el gobierno. En esta ocasión, a esa tradición se agrega una polarización política sin precedentes y un gobierno alejado en forma extrema del centro político, que constituye el eje de la balanza en el poder del sistema democrático de Estados Unidos.

Los expertos coinciden en que el Partido Demócrata tiene grandes posibilidades de ganar la mayoría en la Cámara de Representantes. Actualmente, el Partido Republicano cuenta con 235 de los 435 escaños, contra 193 asientos ocupados por demócratas. A ellos hay que sumar 7 escaños actualmente vacíos, pero que también estarán en juego hoy. Los legisladores de la Cámara de Representantes sólo cumplen con mandatos de 2 años. La cifra total de 435 representantes, será elegido hoy. Para conseguir mayoría en esta cámara, se necesitan al menos 218 escaños.

En el Senado, el Partido Republicano tiene apretada mayoría. De los 100 escaños, 51 son republicanos. Los demócratas mantienen actualmente 45 asientos, más dos escaños independientes que siempre votan con los demócratas, para un total de 47 escaños. Los senadores que son elegidos cada 6 años, renuevan en las elecciones de medio término 1/3 o sea 35 escaños, que en la actualidad son 24 demócratas, 9 republicanos y 2 independientes. Los demócratas tendrán que mantener los asientos de que disponen ahora y ganar 3 más, para poder contar con mayoría en el Senado. Ganar la mayoría es difícil, pero no imposible.

El resultado de estos comicios tendrá una decisiva influencia en los dos años de mandato que restan al presidente Donald Trump, ya que todas las leyes que quiera aprobar el gobierno deben contar con la aceptación del Senado y la Cámara de Representantes. La victoria de los demócratas en la Cámara Baja, le permitiría paralizar la agenda legislativa del magnate presidente e incluso la posibilidad de iniciar el proceso de “impeachment” (acusación), mecanismo por el que la Cámara de Representantes puede decidir destituir al mandatario, si considera cualquier tipo de delito en su gestión presidencial. De ocurrir esto, un segundo mandato de Trump quedaría lejano.

A favor de los demócratas está una mayor toma de conciencia política del electorado sembrada por el senador socialdemócrata y precandidato presidencial, Bernie Sanders, durante los debates políticos de la última campaña electoral que movilizó a jóvenes, minorías mujeres e independientes, a los que en esta ocasión habría que agregar a los sectores moderados de ambos partidos, como consecuencia del extremismo y los exabruptos de Trump, así como la entrada en la contienda electoral del ex presidente Barack Obama.

Desde el pasado 7 de septiembre, el afroamericano ex presidente, decidió ocupar el espacio vacío del liderato demócrata, reverdeciendo el mensaje de optimismo y esperanza por el que la mayoría del electorado le otorgó su doble victoria. El pasado 2 de noviembre, desde Atlanta, Obama alertó sobre la intención de Trump de desmantelar sus reformas, en particular la de salud, criticó con dureza la rebaja fiscal “que beneficia sobre todo a los ricos”, la regresión medioambiental y la demonización de la inmigración, tras llamar la atención sobre las reiteradas y vergonzosas mentiras del presidente.

Por su parte los republicanos cuentan con la estrepitosa marcha del paquidermo presidente sobre la inmigración indocumentada, mensaje dirigido a sus racistas bases electorales que no se detiene ni ante el derecho constitucional de ciudadanía, asilo o refugio y el “fetichesco” impacto de autoadulación como gobernante, que haría sonrojar al inventor del “culto a la personalidad”, intentando disfrazar su figura empresarial con el del líder político que nunca será.

Siguiente noticia

El duro estilo de Trump tiñe la campaña