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Internacional

Falleció Amos Oz: el más importante escritor en lengua hebrea

Nadie lo duda: Amos Oz no acaba con su muerte ocurrida hoy en Tel Aviv a los 79 años. El mayor escritor israelí del mundo contemporáneo fundó una obra que habrá de trascender a distintas generaciones de lectores y, seguramente, influirá también en la narrativa o en el ensayo de futuros artistas. Por supuesto, hará lo propio en la sensibilidad de pensadores de toda índole. Sus consideraciones, su reflexión sistemática en torno a la paz, ocupan ahora no sólo la preminencia de la cultura hebrea, sino una altísima proporción del orbe intelectual.  

El retrato del holocausto durante su infancia, el dolor intrínseco en las familias separadas, las convulsiones sociales de Israel, la distorsión de las relaciones humanas a partir de los convencionalismos y las presiones religiosas, así como el mundo interior del ser humano donde por lo regular se gestan las guerras más crueles, fueron algunos de los tópicos recurrentes pero a su vez siempre tratados de diferente forma en su trayectoria de más de cincuenta años, produciendo así una de las mejores y más originales prosas de la literatura actual.

Amos Oz, además, practicó la militancia política: primero al fundar el movimiento Paz Ahora, en los años sesenta; posteriormente en el Partido Social Demócrata (MERETZ). Por ello se convirtió, gracias a su vocación por la igualdad, en una de las voces autorizadas a raíz de sus declaraciones y propuestas incisivas y, en simultáneo, de solidaridad con las causas que lo ameritaban. El autor creía, por ejemplo, en la posible edificación de un Estado Palestino Independiente con el objeto de lograr la pacificación entre ambos estados.

Nunca estuvo de acuerdo con la ocupación israelí en Palestina. Mucho menos con las graves fisuras que el fanatismo de esta pugna interminable ha ocasionado en la historia. Hace apenas unos meses el escritor había dicho al diario español El País que “el fanatismo conduce a la violencia. Sonreír de vez en cuando, incluso de uno mismo. Nunca he visto a un fanático con sentido del humor”.

Nacido bajo el nombre de Amos Klausner, en 1939, en Jerusalén; “crecí de golpe” –solía decir- cuando su madre se suicidó. Entonces él tenía sólo 12 años. Ese fue un episodio decisivo en la existencia del potencial creador, cuya fuerza expresiva halló en la introspección el tono adecuado para relatarnos un universo tan personal y a la vez tan común, tan de su tiempo, como en el pasado lo hicieron algunas figuras trascendentales: Dostoievski,  Flaubert y Solzhenitsyn, entre otros.

Este día, 28 de diciembre, Amos Oz falleció a causa del cáncer, según anunciaron sus familiares en un comunicado.  No obstante, su abundante obra continuará la estela de su emoción y de su pensamiento. El teatro, el ensayo, la novela, la poesía y el relato constituyen la herencia del autor hebreo más traducido en los últimos años.

Una pantera en el sótano , Conocer una mujer , Fima,La caja negra , De repente en lo profundo del bosque , Entre amigos , Versos de la vida y la muerte forman parte de su larga bibliografía. Pero quizá fueron sus piezas magistrales Judas y Una historia de amor y oscuridad las que le proporcionaron prestigio internacional y reconocimiento literario absoluto.

La primera es una nueva versión, una reinterpretación totalmente iconoclasta, sobre la posición que Judas Iscariote tuvo ante el martirio de Jesucristo. Controvertida, la novela le ocasionó numerosos cuestionamientos, aunque también le ganó el respeto de la comunidad intelectual.

Pero, en definitiva, su obra más profunda y estremecedora fue Una historia de amor y oscuridad , una novela impecable e implacable. En esta composición memorialística desfilan las verdaderas obsesiones, los traumas y el dolor de un poeta que le pregunta a su yo interior las razones de su vida. ¿De dónde provengo? ¿Por qué soy así?... Magnético autorretrato,  Una historia de amor y oscuridad inspiró a muchos escritores a trabajar sobre lo que en el presente el mercado editorial llama autoficciones. Sin embargo, las confesiones que en esas páginas descollan sin piedad todavía no tienen parangón alguno. Amos Oz obtuvo, entre otros premios, El Goethe (2005), El Príncipe de Asturias (2007) y durante varios años su nombre estuvo en la nómina de los Nobel de Literatura.  Su hija Fania Oz escribió hace unos minutos en sus redes sociales: “A todos los que le amaron, gracias”.

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