Kirsten Hillman, embajadora de Canadá en Estados Unidos desde 2017, anunció que renunciará al cargo el próximo año.
La diplomática informó su decisión a través de una carta en la que afirmó que este es el momento adecuado para que otro funcionario asuma la responsabilidad de supervisar las conversaciones sobre la revisión del Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (T-MEC), programada para 2026.
Canadá prepara transición diplomática en medio de negociaciones comerciales
Hillman indicó que su salida permitirá que el gobierno canadiense nombre a una figura que acompañe, desde el inicio, el proceso de revisión del tratado comercial.
La próxima etapa de negociación será crucial para los tres socios de Norteamérica, ya que definirá las condiciones de comercio para los siguientes años.
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El primer ministro canadiense, Mark Carney, destacó que la diplomática “preparó las bases para Canadá en la próxima revisión” del acuerdo. Subrayó además que Hillman es una de las embajadoras con más años de servicio en Washington.
Trayectoria de Kirsten Hillman: negociaciones y acuerdos clave
Hillman fue la primera mujer en ocupar la embajada canadiense en Estados Unidos.
Durante el primer mandato del expresidente estadounidense Donald Trump, participó en negociaciones comerciales decisivas y trabajó con funcionarios estadounidenses y chinos para lograr la liberación de dos ciudadanos canadienses detenidos en China.
El actual embajador de Estados Unidos en Canadá, Pete Hoekstra, reconoció la labor de Hillman, a quien calificó como una funcionaria “muy respetada” y un “increíble contribuyente en la relación bilateral”.
Comercio entre ambas naciones: un sector estratégico
La renuncia ocurre en un contexto de alta relevancia económica. Canadá depende extensamente del comercio exterior: más del 75 por ciento de sus exportaciones se dirigen a Estados Unidos.
Además, el país norteamericano es el principal proveedor de petróleo, electricidad, acero, aluminio y uranio para la industria estadounidense.
Asimismo, Canadá cuenta con 34 minerales considerados críticos para la seguridad nacional de Estados Unidos.
Ante este escenario, el gobierno canadiense busca duplicar el comercio exterior en la próxima década, lo que posiciona la revisión del T-MEC como un proceso esencial para su estrategia económica.
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