
Un grupo de legisladores republicanos frenó este viernes el avance del llamado “Gran y Hermoso Proyecto de Ley”, un ambicioso plan fiscal impulsado por el expresidente Donald Trump, que contemplaba nuevas exenciones fiscales para ciudadanos estadounidenses, pero también un controvertido impuesto del 5 por ciento a las remesas enviadas al extranjero y recortes al programa de salud Medicaid.
Durante una sesión clave del Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes, cinco congresistas conservadores votaron en contra del proyecto, alegando preocupaciones sobre el déficit presupuestario que generaría.
“Estamos emitiendo cheques que no podemos cobrar”, advirtió el legislador Chip Roy, uno de los disidentes.
La iniciativa buscaba ser aprobada antes del Día de los Caídos y llegar al Despacho Oval para su promulgación el 4 de julio, pero su avance quedó estancado tras esta inesperada rebelión interna.

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El megaproyecto también incluía beneficios fiscales a propinas, horas extra, préstamos para autos fabricados en Estados Unidos y mayores exenciones para adultos mayores y familias con hijos.
Sin embargo, los costos estimados por la Comisión de Medios y Arbitrios alcanzan ya los 3.9 billones de dólares, apenas por debajo del tope de 4.5 billones fijado por el partido.
El impuesto a remesas generó duras críticas del Gobierno mexicano. La presidenta Claudia Sheinbaum calificó la medida como “una injusticia” y una acción “discriminatoria” que castigaría a millones de migrantes mexicanos que ya pagan impuestos en Estados Unidos.
Mientras Trump insistió en que el proyecto es clave para “arreglar el desastre de Biden”, las divisiones internas del Partido Republicano lo han dejado, por ahora, en punto muerto.
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