
La Policía de Hong Kong desactivó este sábado una bomba de la Segunda Guerra Mundial que contenía unos 227 kilos de explosivos, como resultado de una operación que obligó a evacuar a unas 6 mil personas de 18 inmuebles en el distrito de Quarry Bay.
Autoridades informaron que el artefacto —de 1.5 metros de largo y cerca de mil libras (≈450 kg) de peso— fue descubierto durante labores de construcción, lo que activó un protocolo de emergencia y el desalojo preventivo de residentes y comercios cercanos.
La maniobra de eliminación concluyó hacia el mediodía local sin lesionados y con la reapertura de calles y retorno paulatino de vecinos a sus viviendas, de acuerdo con reportes de prensa internacional y el parte policial.
En conferencia de prensa, mandos del equipo de artificieros describieron la intervención como “de alto riesgo”, por el potencial del dispositivo.
Tras una ventana de trabajo nocturna y pese a lluvias intermitentes, especialistas perforaron la carcasa y neutralizaron la carga interna hasta declararla segura.

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Estas detecciones no son inusuales en Hong Kong, ciudad que sufrió bombardeos aliados durante la contienda y donde, con frecuencia, las obras civiles exponen municiones sin detonar.
En una rueda de prensa recogida por la agencia Xinhua, la Policía señaló que el lugar y sus alrededores ya eran lo suficientemente seguros para que los residentes desalojados puedan regresar, y que todas las carreteras bloqueadas fueron reabiertas.
El operativo comenzó de madrugada con un estimado de 12 horas, pero se completó antes del límite previsto.
De forma paralela, equipos comunitarios asistieron a las personas evacuadas y canalizaron refugio temporal.
La evacuación alcanzó a alrededor de 6 mil habitantes de aproximadamente mil 900 hogares, según los recuentos iniciales difundidos por medios internacionales.
Pese a un retraso provocado por la lluvia, los agentes consiguieron abrir un orificio en el proyectil y quemar el material explosivo que contenía, una “operación de alto riesgo” dado el poder de la bomba, aseguró Suryanto Chin-chiu, jefe del equipo de desactivación de explosivos de la Policía hongkonesa.
Casos anteriores han requerido cierres prolongados y desalojos masivos, como los ocurridos en el distrito de Wan Chai en 2018, cuando dispositivos similares obligaron a operar durante 20 horas y a evacuar a más de mil personas.
Estos antecedentes explican la prudencia de las autoridades en el manejo de artefactos con cargas cercanas a las mil libras.
IO