El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas y Adolescentes (SNAI) confirmó este sábado que no se registraron víctimas tras la explosión de un carro bomba la noche del viernes frente a la puerta principal de la cárcel Regional de Guayaquil, una de las prisiones más grandes de Ecuador.
“No se han reportado fallecidos ni heridos, ni en la población penitenciaria ni en el personal de las instituciones. Tampoco se han registrado fugas”, indicó el SNAI en un comunicado.
El estallido ocurrió alrededor de las 20:15 horas locales y fue captado por cámaras de seguridad. Las imágenes muestran a un hombre con gorra blanca que abandona el vehículo en movimiento segundos antes de la explosión y huye corriendo mientras la camioneta comienza a arder.
Un modus operandi repetido
La detonación recuerda a otros ataques similares registrados en el país, donde bandas criminales han usado vehículos cargados con tacos de dinamita o cilindros de gas para provocar grandes deflagraciones.
El hecho se produjo apenas un día después de que sicarios intentaran asesinar al director de la misma prisión. También ocurrió en una semana marcada por nuevas masacres en cárceles ecuatorianas, con saldo de 31 muertos, entre ellos 30 internos y un guardia penitenciario.
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Contexto: las cárceles como epicentro de violencia
Desde 2021, las prisiones de Ecuador han sido escenario de masacres que han dejado más de 600 reclusos asesinados, producto de enfrentamientos entre bandas rivales.
La Cárcel Regional de Guayaquil, con más de 4 mil reclusos, es considerada un bastión de la organización criminal Los Choneros, cuyo líder, José Adolfo Macías Villamar, alias “Fito”, escapó en 2023 y fue recapturado en 2025 para luego ser extraditado a Estados Unidos.
Investigación en curso
El SNAI y las autoridades de seguridad mantienen abiertas las investigaciones para determinar quiénes están detrás del ataque.
Aunque el vehículo explotó frente al acceso principal, en ese momento no había presencia visible de fuerzas de seguridad en los alrededores, lo que genera cuestionamientos sobre los protocolos de vigilancia.
Las autoridades señalaron que se seguirá informando a través de canales oficiales mientras se procesan las pruebas recogidas en el lugar.
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