En México, la diabetes mellitus es una epidemia silenciosa. Según la Federación Internacional de Diabetes (IDF), más de 14 millones de mexicanos viven con diabetes, lo que coloca al país entre los primeros lugares del mundo. Cada año, se registran más de 75 mil amputaciones relacionadas con pie diabético, una cifra devastadora para las familias y para el sistema de salud.
Pero un tratamiento desarrollado en Cuba hace más de dos décadas podría cambiar ese panorama de manera radical. Se trata del Heberprot-P, un medicamento biotecnológico único en su tipo que regenera tejido, acelera la cicatrización de úlceras diabéticas y reduce drásticamente el riesgo de amputación. Y lo más importante: México lo incorporará a su sistema hospitalario público a partir de 2026, tras varios años de pruebas piloto.
Para conocer los detalles científicos, históricos y clínicos de este fármaco, conversé en La Habana con uno de sus protagonistas: el doctor José Ignacio Fernández Montequín, doctor en ciencias, profesor e investigador principal del Instituto Nacional de Angiología y Cirugía Vascular de Cuba, y una de las autoridades mundiales en pie diabético.
Una tecnología nacida en Cuba que ya ha salvado medio millón de extremidades
El doctor Montequín explica que el Heberprot-P —desarrollado por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB)— dejó de considerarse simplemente un producto para convertirse en una tecnología sustentada en 24 años de aplicación clínica y miles de publicaciones científicas.
Su origen se remonta al trabajo experimental del profesor Jorge Berlanga, quien investigaba regeneración neurológica en animales. “Cuando aplicaba los factores de crecimiento —cuenta Montequín— observó un aumento sorprendente de vasos sanguíneos y microcirculación. Eso lo llevó a mi instituto, donde teníamos 29 pacientes listos para amputación. Fue entonces cuando probamos por primera vez el producto, el 1 de junio de 2001”.
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La primera paciente cubana mostró granulación visible a la sexta aplicación, un resultado inédito para lesiones tan avanzadas, cuenta Montequin.
Hoy, el registro es contundente:
✔ Cerca de medio millón de pacientes en 29 países han evitado la amputación gracias a este tratamiento.
✔ La tasa de recidivas (reaparición de úlceras) se mantiene por debajo del 5%, una de las más bajas del mundo.
Cómo funciona el Heberprot-P
El fármaco no es una crema ni un apósito: es un factor de crecimiento epidérmico inyectable, aplicado directamente en los receptores de la piel, a 0.6 mm de profundidad. Desde el primer día estimula: la Fibroblastos y queratinocitos (células esenciales para la reparación cutánea), la micro circulación y la Regeneración tisular además de reducir la inflamación.
Cada aplicación se distribuye en unos diez puntos alrededor de la úlcera. En la mayoría de los pacientes, los cambios son visibles entre la tercera y la sexta aplicación, asegura el especialista y agrega : “Cuando existe isquemia severa o arterias obstruidas, se necesitan más sesiones, pero aun en esos casos vemos cómo un tejido pálido y gangrenado empieza a ponerse rojo y a regenerarse”, afirma el especialista.
Un problema de salud pública en México
El pie diabético es una de las complicaciones más graves para quienes viven con diabetes. De acuerdo con la Secretaría de Salud:
- 1 de cada 5 personas con diabetes desarrollará úlceras en los pies.
- Entre el 10% y 25% de estos casos termina en amputación.
- Cada 60 minutos se realiza al menos una amputación por diabetes en México.
El doctor Montequín agrega un dato crucial: “más del 85% de los diabéticos podría llegar a tener lesiones en los pies a lo largo de su vida”. Esto significa que la llegada del Heberprot-P al sistema hospitalario mexicano podría salvar miles de extremidades y reducir costos millonarios asociados a la discapacidad, rehabilitación y cirugías.
¿Quiénes pueden recibir el tratamiento?
El doctor Montequín es claro: “Cualquier diabético con úlcera puede recibirlo. La única contraindicación formal es el cáncer sólido. En todos los demás casos, el medicamento funciona”. Incluso pacientes que ya perdieron uno o varios dedos pueden estabilizar y salvar el resto del pie
México: el siguiente gran paso
México ha realizado pruebas clínicas y evaluaciones desde hace varios años. En 2026, el país incorporará el tratamiento en hospitales públicos, lo que abrirá una nueva etapa en la atención del pie diabético.
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Esto es especialmente relevante si se considera que:
México tiene la tasa más alta de amputaciones por diabetes en América Latina.
El impacto económico directo e indirecto de estas amputaciones supera los 3,500 millones de pesos anuales.
La entrada del Heberprot-P —con evidencia robusta y 24 años de uso clínico— podría reducir de manera histórica las amputaciones, mejorar la calidad de vida de millones de personas y aliviar la carga económica del sistema de salud.
Un medicamento que ya es parte del sistema cubano de salud
En Cuba, el Heberprot-P se aplica a nivel hospitalario y también en atención primaria. “Hay policlínicos con personal capacitado para aplicarlo —explica Montequín—. Eso permite que el paciente no tenga que recorrer largas distancias hasta un hospital lo cual acelera la atención”. Incluso se usa, con buenos resultados, en otros tipos de úlceras: venosas, hipertensivas, por presión, heridas traumáticas y necrosis por Chagas.
Efectos secundarios y seguridad
Los efectos adversos son mínimos:
Escalofríos transitorios en un pequeño grupo de pacientes
Febrícula pasajera
Dolor leve en pacientes con isquemia
“No son reacciones graves —dice Montequín—. El tratamiento es seguro, eficaz y reconocido en el mundo”.
Un mensaje final desde La Habana
Después de una larga conversación en el Hotel Nacional de Cuba, queda claro que Heberprot-P no solo es un logro científico cubano, sino una esperanza real para millones de pacientes mexicanos que hoy viven con miedo a perder una extremidad.
Como periodista mexicana que ha visto de cerca el impacto humano de la diabetes en mi país, constato que la llegada de esta tecnología será un hito en salud pública.