
La ganadería mexicana enfrenta una amenaza sanitaria y económica de gran magnitud tras el cierre parcial de la frontera con Estados Unidos a las exportaciones de ganado bovino, equino y bisonte, derivado de un brote del gusano barrenador, una larva que afecta a animales y puede representar un riesgo para la salud humana.
Álvaro Iván Bustillos, presidente del Consejo Directivo 2025-2028 de la Unión Ganadera Regional de Chihuahua, advirtió que es urgente poner en operación la planta de mosca estéril en Chiapas, la principal herramienta para contener esta plaga que México logró erradicar en 1991.
En entrevista radiofónica, Bustillos alertó que Chihuahua es el estado más afectado por la medida estadounidense.
“Exportamos entre 500 mil y 600 mil cabezas de ganado al año. Si no se actúa pronto, las pérdidas serán irreparables”, dijo.

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El Consejo Nacional Agropecuario estimó que el impacto económico podría alcanzar 11.4 millones de dólares diarios en pérdidas para el país.
La situación es crítica en zonas donde la ganadería es la única actividad económica.
Bustillos también llamó a cerrar el paso del sur al centro del país para contener la propagación del parásito y proteger el estatus sanitario nacional.
“Esto no es solo un problema económico, es un asunto de salud pública”, advirtió, recordando casos recientes de afectaciones en humanos en Nicaragua.
La urgencia crece mientras Estados Unidos considera construir su propia planta de mosca estéril. México debe actuar con rapidez para proteger su ganado y economía.
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