Síguenos

Opinión

El Terror de Diciembre

Alberto Híjar Serrano

Tan no queda claro el error de diciembre sobre los recortes a universidades y a la cultura, que los universitarios de Cuernavaca mantienen sitiada la ciudad y los de Michoacán cierran calles en Morelia. Un grupo de activistas culturales se manifestaron frente a la Cámara de Diputados el 18 de diciembre y Sergio Mayer, el presidente de la Comisión de Cultura por sus méritos en el Grupo Garibaldi, prometió no afectar sino a los altos funcionarios. De ser así, quedaría resuelta la mitad del problema.

La otra mitad es trágica durante los diciembres neoliberales por el fin de las contrataciones temporales de miles de trabajadores de la cultura sin derecho a aguinaldo y a plaza definitiva por la firma de contratos por tres meses, no continuos, para impedir así los derechos por antigüedad. Son miles los afectados sin protección legal alguna, ajenos a cualquiera de los sindicatos omisos, incluyendo a los más recientes en disputa de los favores de la Secretaría de Cultura. Los más infortunados son los trabajadores de limpieza esclavizados por empresas intermediarias llamadas outsourcing. Todavía peor es la situación de los recogedores de basura sin sueldo, esperanzados en las propinas y en las designaciones por los jefes que manejan los camiones de limpia.

Un grupo que denuncia en los periódicos su triste situación es el de los profesores que llevan años reducidos a la paga por hora-semana-mes, sin posibilidad alguna de concursar por una plaza de medio tiempo. Se autodenominan “pobresores” eternamente apresurados para ir de una escuela a otra para ganarse el pan. Son mayoría docente. No resisto recordar mi juventud agotada en los viajes de una preparatoria a otra, a dos escuelas privadas, a hacerla de sustituto temporal en la Escuela Nacional de Maestros y en la Normal Superior. Jamás alcancé nombramiento de tiempo completo y a mi regreso de Nicaragua, sólo tenía en los ochenta, cuatro horas-semana-mes.

Los directores están a la caza de plantas vacantes por muerte o retiro de los titulares. Las dividen en dos o tres partes para beneficiar un poco a quienes llevan años de trabajar con sueldos miserables. Por ejemplo, en el Centro Nacional de las Artes hay secretarias y profesores por contrato que cobran 3 mil pesos mensuales. Esto engendra corrupción por el forzado otorgamiento de plazas sin concurso alguno y de manera tan autoritaria que no hay más quejas que las desahogadas en los pasillos y en los Consejos Académicos con capacidades muy limitadas. Si al menos los flamantes sindicatos hicieran listas de los urgidos de regularización laboral, la Secretaría de Cultura contaría con información necesaria para una mínima justicia. Pero así como no hay hasta ahora defensa sindical para los trabajadores de la cultura, peor es la situación de los grandes sindicatos comandados por dirigencias con no menos de veinte años en el poder. Son una vergüenza los sindicatos universitarios, STUNAM en especial y apenas se salvan los de Zacatecas y Michoacán.

Los de Pemex, Telmex, Ferrocarriles, CTM, son dirigidos por multimillonarios beneficiados con contratos y elusión de impuestos. La llamada Sosa Nostra, morenista ahora, mantiene todo Hidalgo bajo control, universidad y sindicato incluidos y pudiera ser que al fin Sosa Catalán, gane la gubernatura.

La CNTE es la esperanza, las secciones de enfermeras y médicos que no logran vencer el control corrupto de los sindicatos de la salud intentan resistir la furia patronal. Los mineros con el heredero de la dinastía Gómez Urrutia que algo mueve desde su curul contra la Minera México de Germán Larrea.

Asombra la ausencia de asambleas de trabajadores que tendrían que ser permanentes para plantear condiciones de trabajo dignas y de urgente protección a los miles de despedidos porque ya no hay contratos temporales, empleos de confianza ni por servicios por obra y tiempo determinado. No se sabe de disminución alguna de sueldos y cuantiosas prestaciones de rectores, directores y funcionarios llenos de privilegios, ni de investigadores que no investigan y cuentan con clasificaciones de méritos que legalizan sus injustos sueldos. Urge organizar la defensa de quienes sí trabajan y cobran poco y mal. No basta con gestos de buena voluntad del rector de la UNAM y del director del Politécnico para disminuirse sus sueldos.

Los proyectos comunitarios de alta calidad estética de quienes encabezaron la protesta de los trabajadores de cultura frente a la Cámara de Diputados requiere del apoyo del Estado de acuerdo con la responsable que ha declarado la necesidad de construir relaciones comunitarias. Jiménez Cacho impulsa proyectos teatrales en un local de la calle de Milán en la colonia Juárez constantemente lleno de jóvenes al encuentro de patrocinio para sus proyectos. Antonio Ortiz “El Gritón” participó activamente en una asamblea que elaboró un proyecto de cultura integral luego de no menos de ocho sesiones con participación de trabajadores de la cultura diversos. A la par, organizó en el local llamado Quinto Piso, porque ese es su lugar en un estacionamiento en el Centro Histórico, una exposición sobre organizaciones de lucha armada con pinturas e instalaciones al respecto, de manera enteramente autónoma que bien podría recibir una propuesta de catálogo. Sus intervenciones callejeras en apoyo a los familiares de desaparecidas, no requieren más apoyo que el de las organizaciones en lucha sin más proyecto cultural que su participación en las movilizaciones. Los proyectos de exhibición de cine documental han alcanzado amplia difusión gracias al apoyo de las cadenas de cine privadas y de algunos patrocinios estatales y habría que plantear la necesidad de mantener el Foro Shakespeare como centro de experimentación teatral y el Estadio Azul para convertirlo en sede de ligas deportivas relativamente independientes de los monopolios de la industria del espectáculo. El error de diciembre puede ser corregido si el gobierno pasa de las palabras a los hechos.

Siguiente noticia

Desde una balacera en 1993 hasta 'El Chapo” y sus sobornos