María Teresa Jardí
Como alerta Raúl Zibechi: “...No es posible seguir mejorando la situación de los sectores populares sin tocar la riqueza y los gobiernos que se reclamen progresistas no harán otra cosa que profundizar el extractivismo y el despojo de los pueblos: Andrés Manuel López Obrador y el posible gobierno de Alberto Fernández, son parte de esta realidad. El panorama de los próximos años será una sucesión de gobiernos progresistas y conservadores, con un telón de fondo de vastas movilizaciones populares. Se trata del fin de la estabilidad, de cualquier color...”.
Nada que celebrar. Mucho que reflexionar. Todo por escribirse de nuevo.
Que la Tierra se está convirtiendo en páramo se ve incluso desde otros planetas en los que si hubiera vida, lejos de querer colonizarnos, las criaturas que también existieran huirían de los humanos como de la peste.
Nada que celebrar el 12 de octubre. Un día de luto para los pueblos originarios. Nada que celebrar desde el día del mal llamado descubrimiento de un continente que ya existía, poblado por habitantes con avances culturales muy por encima de los que evidenciaron tener los enviados a someter “evangelizando”, mientras otorgaban el permiso para que otros se alzaran como los conquistadores, que nunca se fueron del todo porque el mestizaje en México no se convirtió en orgullo y a la traición se la consideró virtud por los que ni siquiera pueden asumirse del todo criollos ni menos aún españoles o gringos, al costo de haber renunciado a sentir el orgullo de ser que no han perdido los mayas ni los otros pueblos originarios, a pesar de las adversas condiciones de vida prolongadas desde hace ya tantos siglos.
Obligada Jornada Global por la vida y los territorios de los pueblos originarios la convocada por el CNI este 12 de octubre. Jornada de denuncia de la detención ilegal de compañeros ambientalistas. De denuncia de crímenes cometidos en contra de quienes se oponen al despojo.
En recuerdo de lucha de Samir Flores, ejecutado impunemente en tiempos de la 4T, por oponerse a la Temoeléctrica que se quiere seguir construyendo en Morelos, a pesar de haberse ofrecido, para llegar, por parte de AMLO, lo contrario.
Jornada Global por el encarcelamiento impune del compañero mazahua Miguel Peralta, a quien el caciquismo que en MORENA prevalece lo mantiene, presionando al juez, en la cárcel. Compañero en huelga de hambre que puede costarle la vida.
Jornada Global por el envenenamiento de los cenotes que llegan al mar con la siembra permitida de granjas de cerdos maltratados, pero muy bien exportados por sus dueños, invasores del territorio.
El capitalismo lo quiere todo en manos de unos cuantos depredadores que son los dueños de los grandes capitales que hoy, en la Península de Yucatán, lo mismo siembran granjas productoras de cerdos que fotovoltaicas y eólicas, devastando la selva y amenazando a la naturaleza con la construcción del Tren Maya y su siembra de cemento alrededor del mismo, que dará empleo de servidumbre a los que ya solamente les restan pequeños territorios de los muchos que les pertenecían como pueblos originarios, y a los que desechados por similares razones de sus lugares de origen vayan llegando a este campo de concentración para inmigrantes, que como filtro de los yanquis se va convirtiendo a México.
Nada que celebrar. Todo por escribirse de nuevo. Y no sólo aquí. En Ecuador los pueblos originarios que están diciendo no a las condiciones impuestas y aceptadas por otro esbirro del FMI, Lenin Moreno, enfrentan una brutal represión y lo mismo puede decirse del pueblo kurdo destinado a ser desaparecido porque la rebeldía y el no sometimiento se llama hoy “terrorismo”, como antes se llamaba “comunismo” y antes “herejía”.
El terrorismo de Estado en manos de los terroristas encabezados por Trump al servicio de los grandes capitales globales que acaban con el planeta. El enemigo a combatir es el capitalismo. Nada que celebrar. Mucho que reflexionar. Todo por escribirse de nuevo.