Ricardo Manuel Wan Moguel1
El 23 de junio de 1948 los directivos de la empresa Ferrocarriles Unidos de Yucatán recibieron un telegrama en el cual se informaba sobre un accidente ocurrido en La Plancha.2 La persona herida fue Francisco García, de cincuenta y siete años, nacido en Calkiní, Campeche, en 1891. El rielero comenzó a trabajar para los caminos de hierro yucatecos en 1914 a la edad de 23 años, residía en la ciudad de Mérida y desempeñaba el oficio de lava-pailas.
El informe dice que el accidente ocurrió “cuando el trabajador se encontraba lavando la caldera de la locomotora 79, al tiempo de apretar la compuerta, resbaló la llave y le hirió el dedo pulgar de la mano izquierda”. García fue trasladado al Sanatorio Rendón Peniche, recinto construido a principios del siglo XX y puesto al servicio de los ferrocarrileros en septiembre de 1920.3
Más allá de los datos presentados con anterioridad, es importante resaltar la minuciosidad con la que se llevaban a cabo los informes al ocurrir un accidente, ya que los inspectores debían de recopilar datos para llenar un formulario que, básicamente, se dividía en tres apartados. El primero, se refiere a las características del equipo rodante, en caso de que el accidente fuera un choque o descarrilamiento: el número de tren, el conductor que estaba a cargo, los nombres de cada uno de los garroteros y, en los tiempos del vapor, el nombre del fogonero. En el segundo, se solicitaba información relacionada con el accidentado: nombre de la persona, edad, estado civil, nacionalidad, residencia, ocupación, sueldo, familiares a los que mantiene, antigüedad en el servicio y tipo de herida. Por último, había una serie de preguntas que debía de llenar el inspector: ¿Falleció o no? ¿A qué médico se llamó? ¿Qué se hizo con la persona lastimada y dónde se trasladó? y ¿Qué dijo el lastimado respecto a las causas del accidente y las heridas?
Por lo general, para llenar el formulario, se solicitaban testigos para corroborar los hechos. En el caso del accidente de Francisco García, otro trabajador, Mateo Barredo, fue la persona que estuvo presente y dio informes del suceso. Al terminar la pesquisa, se enviaba el documento original a la Gerencia de los Ferrocarriles Unidos de Yucatán y se hacían dos copias, una para el jefe del servicio sanitario y la otra se le daba al informante.
1 Historiador, ricardowanmoguel@gmail.com página de Facebook: MemoriaHistóricaferrocarrileradeYucatán
2 El informe se encuentra en el Archivo General del Estado, AGEY.
3 Ferrer de Mendiolea, 1977, p. 582.