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Quintana Roo

Joven cayó en el acantilado

 

Por Yolanda Gutiérrez

ISLA MUJERES, 25 de diciembre.- Milagro de Navidad; se salvó de morir, aunque resultó con fractura de los fémures de las piernas, un joven que por causas desconocidas se precipitó de los acantilados desde una altura de más de diez metros y fue a caer entre las rocas de la playa.

Versiones apuntan a que el joven fue arrojado por el cantil en algún momento de la madrugada, al resistirse a un asalto y permaneció malherido hasta que fue localizado por un turista.

Los hechos se registraron alrededor de las once de la mañana del 25 de diciembre, cuando Nixon B., de 23 años de edad, quien según la versión oficial se encontraba en estado de ebriedad, se acercó peligrosamente al acantilado mientras caminaba por el andador oriente en las inmediaciones de los condominios Isla 33 y, se ignora cómo, perdió el equilibrio y cayó desde una altura superior a los diez metros.

El joven, originario de Honduras y con domicilio en la colonia Ampliación La Gloria, aterrizó en una playa repleta de rocas, aunque al parecer el fuerte impacto fue amortiguado por la arena, aunque no lo suficiente como para que el desafortunado terminase con las dos piernas fracturadas.

Un turista fue la primera persona que se percató de lo que pudo ser un accidente fatal, al escuchar los lastimeros quejidos de Nixon desde lo alto del cantil y, al asomarse, lo descubrió tirado en la arena.

De inmediato se dio aviso al número de emergencias y, alrededor de 20 minutos después, según testigos, llegó una ambulancia de la Cruz Roja y los paramédicos procedieron, con el apoyo de elementos de Protección Civil y Bomberos, a organizar el rescate de Nixon.

No tardaron en llegar los curiosos, que se arremolinaban en torno al equipo de rescate, sin saber a ciencia cierta lo que había sucedido aunque suponiendo, por acontecimientos similares registrados en ocasiones anteriores, que alguien había caído por el cantil.

Elementos de la Policía Municipal, también presentes, se encargaban de mantener a los curiosos fuera del radio de acción del personal dedicado a salvar al accidentado.

Se hizo necesario el apoyo de al menos cinco sogas para asegurar perfectamente la camilla de emergencia en la que se izaría el lesionado, una escalera y el arnés de uno de los paramédicos que fungió como rescatista.

Y finalmente, tras casi 25 minutos de maniobras, los paramédicos lograron colocar al lesionado en la camilla, no sin antes asegurar su cuello y cabeza para evitar que un movimiento brusco pudiese empeorar la situación, tras lo cual procedieron a jalar las sogas, con ayuda de algunos voluntarios.

La camilla de emergencia fue subiendo poco a poco y se escuchaban cada vez más cercanos los quejidos de dolor de Nixon que, una vez en tierra firme, fue trasladado de inmediato al Hospital Comunitario para su valoración médica y estimar si era necesario canalizarlo al Hospital General de Cancún.

Mientras se llevaban a cabo los preparativos para el rescate, se tuvo la oportunidad de platicar con el turista que descubrió a Nixon, el cual mencionó, tras pedir no brillar en los reflectores, que al establecer contacto, visual primero y auditivo después con el accidentado, le contó como pudo, desde el fondo del cantil, que unos sujetos habían intentado asaltarlo y terminaron empujándole por el acantilado, pidiéndole después que llamase a la Cruz Roja… todo esto alrededor de las 11 de la mañana, tras permanecer, supuestamente, varias horas tirado a orillas del mar.

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