Por Yolanda Gutiérrez
ISLA MUJERES, 5 de marzo.- Con la explanada municipal abarrotada de familias isleñas y cientos de visitantes nacionales y extranjeros, que disfrutaron hasta el último momento, se presentó la noche regional del Carnaval "Con sabor a Caribe" 2019.
Juan Carrillo Soberanis, presidente municipal, quien asistió a presenciar la penúltima noche de la fiesta de la carne, que arrancó el pasado primero de marzo, reconoció el entusiasmo de las diferentes comparsas, que con mucha alegría han participado estos días de fiesta en honor al dios Momo.
Decenas de adultos formaron parte de un colorido concurso de disfraces que divirtió a pequeños y grandes, siempre con el humor característico de la comunidad isleña para dar paso al acto final de esta gran noche.
El broche de oro fue la presentación del comediante Ismael Salazar "Mactá", quién a su salida arrebató los aplausos del público asistente y quien por un buen rato hizo reír a la concurrencia con su espectáculo.
Año con año, el destino se consolida con su Carnaval, sencillo, pero organizado con todo el entusiasmo por los isleños comprometidos con la tradición, lo que ha provocado que para estas fechas la ocupación hotelera incremente considerablemente, ya que son muchos los extranjeros que nos visitan de forma periódica, algunos incluso tres o cuatro veces al año y se sienten atraídos por los pintorescos desfiles y especialmente las comparsas que bailan a lo largo de toda la isla, tanto en plena vía pública como en negocios, principalmente restaurantes y bares del Centro, lo que imprime a la fiesta un sello especial.
Durante los cinco días de festejos, que concluyen el martes, propios y extraños disfrutaron de shows, comparsas, concursos, bailes populares y regionales en la explanada municipal y diferentes lugares de la isla.
Ayer martes 5 de marzo, para cerrar con broche de oro y despedirse de los excesos de la carne y la vida pecaminosa, se dio lectura al testamento de Juan Carnaval y se quemó su figura, que representa al espíritu de la lujuria y el regocijo; pero antes de iniciar el periodo de Cuaresma, isleños y foráneos se deleitaron con el último baile carnestolendo hasta que el cuerpo aguantó la última noche de la fiesta.