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Quintana Roo

Parque Escultórico de Punta Sur, abandonado

Por Yolanda Gutiérrez

ISLA MUJERES, 23 de abril.- Desde que fue inaugurado a finales del año 2001 hasta la fecha, el Parque Escultórico de Punta Sur, sólo ha recibido mantenimiento en una ocasión, en el año 2006; como consecuencia, algunas de las estructuras quedaron convertidas en desmoronados montones de chatarra que contribuyen a la pésima imagen de abandono.

Lo que resulta más evidente, ahora que el Ayuntamiento puso en marcha un programa de rescate de las esculturas ubicadas en distintos puntos de la población que abarcó, inclusive, el parador turístico de la Punta Sur, con la restauración de los monumentos de la diosa Ixchel y la iguana gigante que marca la identidad del área, santuario para este reptil.

Los turistas no pueden explicarse cómo tienen que pagar tres dólares o 30 pesos por el derecho a recorrer los senderos de la Punta Sur y observar más de cerca las esculturas abstractas en deplorables condiciones corroídas en su mayoría por el salitre, oxidadas y en algunos casos, verdaderos montones inservibles de chatarra.

Pese al nulo mantenimiento, al inaugurarse el parque, las autoridades habían acordado que los ingresos percibidos por el cobro del acceso se destinarían al cuidado del espacio, pero ninguna administración municipal ha tomado en cuenta este detalle, salvo en una ocasión, cuando en el 2006, se cerró el parque durante cuatro meses para restaurar a fondo las 23 esculturas que lo conforman, elaboradas por artistas nacionales e internacionales, no se ha hecho nada más por las obras de arte contemporáneo.

El Parque Escultórico de Punta Sur, fue inaugurado a principios de diciembre del año 2001, como resultado de un encuentro internacional de artistas plásticos de todo el mundo, quienes se unieron para donar la muestra de arte moderno a Isla Mujeres y ofrecer un atractivo más al turista.

Artistas nacionales como: Sebastián, impulsor de la idea, Mario Rendón, Silvia Arana, José Luis Cuevas, Vicente Rojo y Pedro Cervantes, así como Sverir Olaffson, de Islandia; José Villa Soberón, de Cuba; Ahmed Nawar, Egipto; Bruce Beasly, de Estados Unidos; Dimitar Lukanov, de Bulgaria y Moncho Amigo, de España, entre otros; crearon las obras que se instalaron con la idea de habilitar un atractivo más y dar la oportunidad a los autores de exhibir sus trabajos en la Punta Sur, donde se recibe el primer rayo de sol que toca tierras mexicanas.

Supuestamente, desde el momento de su inauguración se tenía ya dispuesto el mecanismo para un programa de mantenimiento enfocado a que las esculturas estuvieran siempre en perfecto estado e incluso, se había asegurado que una parte de los ingresos recabados en la taquilla, se destinarían a ese rubro, con lo que se garantizaba la buena imagen para los visitantes, que no son pocos.

Sin embargo, en poco parece aprovechar el cobro de tres dólares o 30 pesos por cada turista, nacional o extranjero, que tiene la curiosidad de apreciar con detalle las 23 obras que tan interesantes parecen en la lejanía, para llevarse la sorpresa, al mirar de cerca, que los fierros oxidados no se asemejan en lo absoluto a lo que imaginaba.

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