De la Redacción
CHETUMAL, 19 de agosto.- La escalada de violencia en Chetumal es resultado del distanciamiento de Otoniel Segovia con el gobierno del estado para la coordinación, así como por su deseo de sabotear a la Policía Municipal Preventiva.
La capital de Quintana Roo registra un incremento del 13.15 % en los delitos de alto impacto durante el primer semestre de este año, cifra que parece seguir aumentando con homicidios como el ocurrido este día y, sin embargo, no se ve acción del gobierno municipal para hacer frente a esta delicada situación.
Lo anterior porque el presidente municipal Otoniel Segovia no cuenta con una buena relación con el gobierno del estado para un trabajo conjunto en materia de seguridad, de hecho aunque se aprobó en el Cabildo suscribir el Mando Único Policial, desde hace un mes no ha podido entrar en operación.
De hecho, el alcalde Otoniel Segovia se oponía al esquema propuesto por el gobierno del estado mediante la Secretaría de Seguridad Pública y, posteriormente, ha sido señalado de promover conflictos al interior de la Policía Municipal Preventiva.
Y es que, mediante su secretario particular Luis Gamero Barranco, el alcalde Otoniel Segovia ha buscado desestabilizar la Policía Municipal desde hace un par de meses. Además de que han utilizado al cuestionado exdirector de la PMP Antonio Arenas Mondragón para promover protestas al interior de la corporación.
Durante el mes de mayo, el propio Gamero Barranco dio posesión en la corporación a un director administrativo que ha generado conflictos al interior por su trato prepotente con el personal.
Segovia Martínez ha tenido graves desatinos en materia de seguridad por anteponer sus intereses políticos.
Se oponía al Mando Único Policial con tal de confrontarse con el gobernador Carlos Joaquín González; sin embargo, la mayoría del Cabildo no estuvo de acuerdo con él y en sesión aprobó la adhesión de Othón P. Blanco a la propuesta del gobierno del estado.
Poco después de ello se presentó un paro de labores orquestado, entre otros, por el exdirector Antonio Arenas Mondragón, que de acuerdo con algunas fuentes ha tenido reuniones con el secretario particular de la presidencia, Luis Gamero Barranco.
Gamero Barranco no sólo es señalado por ser el que ejecuta parte del “trabajo sucio” de Otoniel Segovia Martínez, sino que fue quien colocó en la Subdirección Administrativa a Manuel Pérez Jiménez, quien sólo ha generado conflictos al interior.
A principios de mayo y sin mayor reparo, el secretario privado de la presidencia, Luis Gamero Barranco, fue el encargado de incrustar, por órdenes de Otoniel Segovia, a Manuel Pérez Jiménez como subdirector administrativo.
Su función es importante dentro de la corporación, ya que tiene las atribuciones para administrar los recursos humanos y materiales; sin embargo, no cumple con los requisitos para el cargo, ya que no cuenta con la experiencia mínima comprobable de tres años en labores vinculadas con la seguridad pública.
Manuel Pérez Jiménez formó parte de la Dirección de Seguridad Pública y Tránsito de Benito Juárez, donde tuvo un puesto de mando inferior, en él duró menos de tres años y fue dado de baja porque simplemente abandonó el puesto.
Este funcionario, señalado de un actuar prepotente por la protección de la Presidencia Municipal, no tiene mayor preparación en materia policial, tampoco tiene ninguna capacitación en materia de seguridad pública, mucho menos ha presentado exámenes de control y confianza.
Las consecuencias de la incapacidad política de Otoniel Segovia están provocando problemas con los servicios básicos en Chetumal, y la seguridad es uno de ellos, pues se conoce que la mala relación con el gobierno del estado provocó la disminución del patrullaje estatal y los números muestran el daño ocasionado a la sociedad.