Por Salvador Canto
El sector pesquero de Quintana Roo se prepara para lo que será la primera veda del año que arranca con la restricción de la especie del mero a partir del 1 de febrero y aunque consideran que esto no les afecta debido a que todavía está abierta la captura de langosta y otros productos, reconocen que dicha especie es la que más demanda tiene en la región.
Autoridades de pesca señalan que las especies de mero (unas 12 para el Caribe mexicano) son peces regularmente solitarios que se reúnen alrededor de los días de luna llena entre los meses de noviembre a marzo para su reproducción en un evento de desove en masa en sitios tradicionales de reunión.
Sin embargo, esta peculiaridad les confiere una vulnerabilidad a la explotación por sobrepesca, la cual ha aprovechado de manera desmedida este recurso pesquero durante mucho tiempo, provocando la total desaparición de muchos sitios de desove conocidos, por ende, la disminución drástica de sus poblaciones por los últimos años.
Para el sector pesquero organizado, esta situación resulta muy preocupante, ya que la veda establecida por las autoridades pesqueras del país sólo los protege desde febrero a marzo, aun a pesar de que cada vez es más raro el avistamiento de individuos de talla adulta regular en su hábitat y debido a que los individuos que se observan en venta son prácticamente juveniles o adultos jóvenes, que por su talla no pueden (si logran reproducirse) generar suficientes huevos para mantener a las poblaciones en un estatus potencialmente aptos para el consumo masivo.
Pero a pesar de todo, “nos tenemos que aguantar y ya estamos más que preparados para esta veda, pues todavía podemos capturar langosta y otros productos, aunque el mero tiene mucha demanda”.
En un recorrido por Puerto Juárez, los pescadores comentaron que “lo que urge son apoyos del gobierno, nos tienen olvidados y por el contrario, con restricciones por todos lados”.
No obstante Quintana Roo es referente nacional por el nivel de captura del mero, representa un tercio del total de la captura en general en el ámbito nacional, con un promedio de 500 toneladas, según reporte el Instituto Nacional de la Pesca (Inapesca).
Después de Baja California, Quintana Roo es el segundo estado de aporte en la captura del mero por volumen, desde 1992 hasta los últimos años.