Durante la última semana, el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica reportó que nueve jóvenes fueron diagnosticados con depresión, una baja en comparación con la previa: 30; pero podría ser un reflejo aparente, según experto.
El psicólogo Darwin Fernández, especialista en jóvenes, comentó que cuesta creer que el descenso en los índices de depresión e intentos de suicidio sea señal de una mejora real.
Manifestó que tal vez los números de depresión disminuyan porque muchos jóvenes no piden ayuda o los servicios están saturados.
Reveló que no es que el malestar desaparezca, sino que simplemente se oculta. “Por eso, más que mirar las cifras, debemos mirar lo que pasa en las aulas, en los hogares y miradas que evitan pedir ayuda”, indicó.
“La juventud vive bajo una constante sobreestimulación, presiones académicas y familiares, y con pocos espacios para expresar lo que siente”, señaló.
Cuestionado sobre lo ocurrido recientemente en el Conalep IV, dio a conocer que el caso del joven es “profundamente lamentable” y refleja dos problemáticas urgentes, una de ellas, el acoso entre pares; la otra, fragilidad de los mecanismos de atención en las escuelas.
“Aunque existen protocolos, muchas veces no se siguen adecuadamente porque perciben una carga, cuando en realidad representan la manera correcta de actuar”, expresó el psicólogo.
Enfatizó que si no se aplican medidas desde la prevención y sólo se activan en la intervención, los resultados son trágicos.
Indicó que es posible que la escuela haya intentado mantener la confidencialidad, como marcan los lineamientos, pero eso no debe confundirse con ocultamiento.
También se ha mencionado que el joven vivía violencia familiar y buscó refugio en el consumo de sustancias, lo cual muestra que los problemas de salud mental superan el ámbito escolar.
“La familia y la escuela deben trabajar juntas; una sin la otra queda incompleta”, según Fernández.
El suicidio es de las principales causas de muerte en Quintana Roo, con 112 defunciones registradas de enero a agosto del presente año, de acuerdo con la Secretaría de Salud del Estado; están por encima de enfermedades pulmonares, desnutrición, tuberculosis y la sepsis.