
En julio pasado, las familias sintieron el peso de un gasto que no da tregua: la canasta básica. La Línea de Pobreza Extrema por Ingresos, calculada a partir del precio de los productos, aumentó 4.3% en zonas urbanas y 2.9, rurales. Con ello, el costo en México fue de 4 mil 719 pesos en zonas urbanas y mil 856.91 para las rurales, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Amas de casa y ciudadanos aseguraron que el dinero no les alcanza para comprar los productos y menos adquirir algunos “extras”.
Paola, ama de casa que habita en la Supermanzana 235, aseguró que, en comparación con el mes anterior, ahora tiene que desembolsar 12 por ciento más para adquirir los productos. “Es terrible cómo suben las cosas; azúcar, carne, jitomate, aguacate y fruta están por las nubes”, comentó.
“Vine al mercado para comprar 200 pesos de pechuga de pollo, lo tengo que hacer rendir para el almuerzo y la cena. Ya para la comida, creo que podré preparar huevo con frijoles y tortillas”, comentó, al estimar que diariamente tiene que invertir entre 400 a 500 pesos para las tres comidas de ella, nieto, hija y yerno.
“Nos dividimos los costos, porque de lo contrario no hay monedero que alcance para cubrir todos los gastos, porque además de la comida hay que pagar servicios, como agua, luz, transporte y gas, entre otros”, comentó.
Precisó que ella se dedica a trabajar en un local en donde prepara licuados, pero también se contrata de niñera en algunas ocasiones.

Anselmo, quien vive en la Supermanzana 23, dice que cada vez cuesta más trabajo “hacer rendir el dinero. Vengo una o dos veces al mercado a la semana. Es estresante ver cómo suben los precios de los productos”, expresó.
Si sólo se consideran la canasta básica alimentaria, una persona que reside en una localidad urbana necesita, como mínimo, 2 mil 453 pesos mensuales para cubrirla. Esto implica un encarecimiento de 4.3% más que en julio del año pasado, de acuerdo con el reporte del Inegi.
La canasta básica en las regiones urbanas contiene alimentos de alto consumo entre los habitantes como maíz, trigo, arroz, avena, frijol, carne de res y cerdo, pollo, embutidos, pescados, lácteos, huevo, aceites vegetales, azúcar, frutas, verduras, alimentos preparados fuera del hogar, agua, jugos y refrescos.

Las Líneas de Pobreza por Ingresos mostraron que la canasta básica ampliada encareció ligeramente menos en las zonas rurales del país. Este julio, en localidades rurales fue 3.1 por ciento mayor en comparación anual, comparado con el 3.6.
El costo por persona de esta canasta fue de 3 mil 397 pesos al mes, lo que significa que una familia de cuatro integrantes en una comunidad rural requiere de 13 mil 588 pesos al mes para poder cubrir necesidades de alimentación, higiene, vivienda, educación y salud.
Desembolsan más
Durante el primer semestre se detectaron incrementos significativos en productos básicos en Chetumal, sobre todo en el huevo, leche de caja, arroz, frijol y plátano, lo que se ha visto reflejado en la economía de los habitantes, ya que cada vez les alcanza para menos o gastan más si adquieren lo mismo que al inicio del año.
Algunos de los más encarecidos es el huevo, debido a que a principios de año podía conseguirse el casillero de 30 piezas en 75 pesos, mientras que ahora cuesta hasta 90, ya sea en las tiendas de la esquina, mercados o súper.

Otro de los más consumidos es la leche de caja, que pasó de 20 a 24 pesos, de las marcas más económicas. El queso crema también pasó de 37 a 48.
El kilo de arroz aumentó de 14 a 20 pesos, mientras que el de frijol, de 25 a 30.
Respecto a las frutas y verduras, el costo del plátano fluctúa constantemente, aunque se mantiene en más de 30 pesos, mientras que en los días en que los supermercados ponen ofertas puede encontrarse en 26, sin embargo, el año pasado podía comprarse en menos de 20.
Afectación en Bacalar
Entre los productos con mayor incremento en Bacalar se encuentra el casillero de huevo, entre 85 a 90 pesos en fruterías y abarrotes.
El alza representa entre 15 a 20 pesos, ya que durante el año pasado, los habitantes señalaron que rondaba los 72.
Los vecinos destacaron el incremento del pescado pargo, muy consumido por los pobladores, el cual se comercializa hasta en 200 pesos el kilogramo, cuando el año pasado era de 170.
Sin embargo, el municipio también registra un descenso en diversos productos, como el limón persa, el cual se comercializa hasta en nueve pesos, pero alcanzó 15. El año pasado se ofertaba en 25.

El kilo de tomate rojo registró un gran descenso. Se cotiza en 13, 14 o 19 pesos, contrastando con los 25 durante el 2024.
Igualmente registra una baja la cebolla blanca, en 15 pesos el kilogramo o tres por 25, mientras que en el 2024 alcanzó 40.
El pollo mantiene un precio estable desde el año pasado, registrando un valor actual de 68 a 70 pesos el kilo, mientras que el año anterior se comercializaba en 56 y 69.
La venta de antojitos y comida típica se ve afectada. Los precios han ido de 17, 18 y 20 pesos, según los habitantes de la comunidad.
Otros factores
Comerciantes de Tulum afirmaron que, desde enero, verduras, frutas y proteínas registran aumentos importantes, derivados de la inflación, la temporada de lluvias y el calor, lo que ha reducido el consumo y generado bajas ventas en el sector.
En la frutería “San Marcos”, María López, encargada del área de verduras, indicó que el cilantro es el producto que más ha subido: de 130 pesos el kilo a principios de año, ahora se vende en 200. El rábano también incrementó su precio, pasando de 15 a 20 por racimo. “La lluvia y el calor afectan la producción, se inundan los cultivos y eso encarece”, explicó.
Pedro Martínez, otro comerciante de la misma frutería, señaló que el frijol y el espelón suben por escasez. “Antes vendíamos el rollo de frijol en 30 pesos, ahora está en 40. Son incrementos que parecen pequeños, pero para las familias, al final del mes representan un gasto adicional considerable”, comentó.

Juan Pérez, encargado de una pollería, detalló que el precio de la pechuga pasó de 140 a 145 pesos por kilo, mientras que la pierna con muslo subió de 37 a 39. “No es un aumento tan grande, pero sí impacta cuando el cliente compra para toda la semana. Además, cuando hay poca disponibilidad, el precio sube más”, precisó.
No todos los productos han aumentado. El limón, que a inicios de año costaba 30 pesos el kilo, hoy se vende entre 15 y 20. El aguacate local también está más accesible, en 50 pesos el kilo, frente a los 120 o 130 del tipo Hass. El tomate y la cebolla se mantienen estables en 35.
En frutas, la pera subió de 60 a 85 pesos el kilo, el mango Ataulfo bajó de 150 a 60, y la pitahaya pasó de 900 a 600 pesos por caja.
Las familias de Tulum comentaron han optado por ajustar sus compras, privilegiando productos de temporada y de origen local, como una estrategia para enfrentar la carestía sin sacrificar por completo la variedad en su alimentación.
El huevo, por las nubes
En las colonias de Kantunilkín pega la escalada de en productos esenciales, siendo el huevo el protagonista principal.
En las tiendas de abarrotes, las encargadas comentaron que un paquete de media caja que contiene seis rejas costaba 450 pesos y se elevó a 540.
Este aumento se traduce en un precio por pieza entre 3.50 y 4.0 pesos, un incremento significativo que afecta la economía, ya que es un alimento en la dieta diaria.
Sin embargo, el kilo de frijol (35 pesos), arroz (26), aceite (47 el litro) y el azúcar (26) mantienen sus precios, aunque varían según la marca.
A pesar de que las grandes cadenas ofrecen precios más bajos, las tienditas son la opción preferida por su cercanía y posibilidad de recurrir a la confianza del crédito, un salvavidas en momentos de apuro para muchas familias.

A diferencia de los abarrotes, las frutas y verduras muestran un comportamiento más estable. El plátano se mantiene en 15 pesos, aunque su demanda ha disminuido durante el periodo vacacional, el tomate se encuentra entre 25 y 19.
El kilogramo de limón se vende entre ocho y 10 pesos y la zanahoria, 19 y 20.
María Uc, Daniela Poot, Gloria Cauich y Karla Pech, entrevistadas en el centro de la ciudad, coincidieron en que una despensa quincenal básica, que cubre lo esencial y no alcanza para los 15 días completos, requiere de entre mil 500 y 2 mil pesos.
Este gasto representa entre el 70 y el 75 por ciento del salario de un jefe de familia, incluso, una ama de casa que también trabaja, dejando un margen mínimo para otros gastos.
María Tuz, otra ama de casa, relató cómo sortea la situación: “Por suerte, cuento con un programa de apoyo de despensa mensual que me ayuda a cubrir mis gastos. De no tenerlo, sería incosteable y tendría que suprimir la compra de productos básicos como el huevo y la carne”.

La tortilla, a salvo
Pobladores de José María Morelos indicaron que los precios aumentaron de enero a la fecha, entre dos a cinco pesos, con excepción del aceite que subió ocho y el huevo, más de 20. La tortilla es la única que se mantiene en 26, indicaron ciudadanos
Comentaron que el kilo de frijol costaba 24 pesos pero alcanzó 28; el azúcar, de 21 pasó a 24 y la leche, de 18 a 21, en las tiendas grandes, porque en los negocios pequeños son más caros.
Con respecto a las verduras, amas de casa indicaron que dependen de la época del año. Por ejemplo, el jitomate en enero se vendía en 12 pesos ahora está en 25 o 28.
Concepción Vela Chan, dijo que todos los años, desde enero, empieza el aumento de los productos de la canasta básica, y muestra de ello es que las tiendas reetiquetan.
Hilario Uluác Cahuich expuso que viven una crisis muy fuerte, pues, aunque el salario aumento 12 por ciento, los precios de los productos de la canasta básica incrementaron también.
Mirian Cherres Sandoval, ama de casa, informó que para comprar la despensa básica se necesita mínimo mil 200 pesos.