
En el segundo trimestre de 2025, Quintana Roo registró que solo el 18 por ciento de su población está en esta pobreza laboral. Un año antes era alrededor del 23 por ciento. Es decir, cinco de cada 100 personas salieron de la pobreza laboral en apenas doce meses, una reducción que no se dio en ningún otro estado del país, según los resultados más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De acuerdo con el reporte, los trabajadores en Quintana Roo tuvieron un aumento real de 12.1 por ciento, lo que significa que su dinero rinde más incluso después de descontar la inflación. Para dimensionarlo: si en 2024 alguien ganaba 10 mil pesos, en 2025 recibe poco más de 11 mil 200 en términos reales.
La “pobreza laboral” se refiere a la situación en la que el ingreso que gana una persona no alcanza para comprar la canasta básica de alimentos. En otras palabras, aunque alguien trabaje, si lo que gana no le alcanza para lo indispensable de la mesa, se le considera en pobreza laboral.
Actividades como la hotelería, la gastronomía y el transporte de visitantes generan la mayor parte de los empleos. Cuando hay más turistas, la economía local se mueve más rápido y eso se refleja en mejores ingresos para quienes dependen de estos trabajos.
Sin embargo, no todo está resuelto. La diferencia entre empleos formales e informales sigue marcando desigualdad. Mientras un trabajador con contrato puede ganar más de 10 mil pesos al mes, uno sin seguridad social o prestaciones apenas rebasa los 5 mil.
En Quintana Roo, 987,728 personas conforman la Población Económicamente Activa, es decir personas mayores de 15 años con posibilidades de trabajar. De ese gran total, el 54 por ciento está en la economía formal, es decir con empleos que les ofrecen prestaciones laborales, entre ellos cobertura de seguridad social. Sin embargo, el 46 por ciento laboran en la informalidad, sobre todo en servicios ligados al turismo.
La reducción de la pobreza laboral significa que más familias pueden cubrir al menos sus necesidades alimentarias. Para un hogar, esto puede representar la tranquilidad de hacer el súper completo sin tener que endeudarse o la posibilidad de comprar proteínas y verduras frescas, y no solo alimentos más baratos, pero menos nutritivos.