El presidente de Estados Unidos informó esta semana, según fuentes consultadas por The New York Times, que sostuvo una llamada telefónica con su homólogo venezolano, Nicolás Maduro. El objetivo de la conversación habría sido acordar una posible reunión en territorio estadounidense.
Aunque la charla incluyó al secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, hasta ahora no hay fecha establecida ni agenda concreta para dicho encuentro.
Un cambio de estrategia en medio de tensión creciente
La revelación de la llamada coincide con un contexto de alta tensión entre Washington y Caracas.
En semanas recientes, el gobierno estadounidense intensificó acciones contra Venezuela, entre ellas la designación del supuesto “Cártel de los Soles” como organización terrorista, así como operaciones militares y navales en el Caribe.
No obstante, este contacto directo sugiere que Washington estaría explorando una vía diplomática paralela —o como contraparte— a su estrategia de presión. Algunas fuentes interpretan la llamada como un intento de “desescalar” tensiones, aunque sin comprometer las acciones contra el narcotráfico.
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¿Qué se sabe hasta ahora?
- La llamada ocurrió la semana pasada, pero ni EU ni Venezuela han emitido declaraciones oficiales confirmando su contenido.
- El objetivo explícito habría sido explorar la posibilidad de una reunión cara a cara en Estados Unidos.
- La conversación llega en un momento en que la Casa Blanca proyecta intensificar su ofensiva contra narcotraficantes vinculados a Venezuela, lo que genera especulación sobre el alcance real del diálogo.
Lo que está en juego
Este acercamiento podría modificar la dinámica entre ambas naciones: una reunión entre Trump y Maduro —sin precedentes recientes— daría paso a un nuevo capítulo diplomático.
A la vez, implica un riesgo político significativo: el gobierno de Washington mantiene una postura agresiva contra el narcotráfico, y la sola negociación podría generar críticas o controversias internas.
En medio del contexto de enfrentamientos, operaciones militares en el Caribe y acusaciones mutuas sobre narcotráfico, el contacto diplomático representa un giro inesperado que vale la pena seguir de cerca.
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