
Al menos 800 especies del mar presentan afectaciones por la contaminación con microplásticos, los cuales alteran la cadena alimenticia y terminan en productos de consumo humano como almejas, mejillones, pescados y camarones, de acuerdo con representantes de Ocean Conservancy.
Los especialistas advirtieron que el problema no se limita a los mariscos. Estas diminutas partículas se identificaron en la sal de mesa, el agua potable y según investigaciones recientes, incluso en placentas humanas y en el cerebro, lo que confirma que la ingesta de plástico es un fenómeno cotidiano con consecuencias que aún se estudian.
Noticia Destacada
Ecosistemas al borde del colapso: “Pulmones verdes" de Quintana Roo en riesgo por contaminación
En Cancún, el impacto de la contaminación es evidente en las jornadas de limpieza de costas, donde se estima que alrededor del 60% de los residuos recolectados corresponde a plásticos de un solo uso, principalmente botellas y envolturas.
El restante 40% está compuesto por vidrio y colillas de cigarro. Con el paso del tiempo, estos desechos se fragmentan en micro y nanoplásticos que afectan no solo a peces y moluscos, sino también a aves que dependen del ecosistema marino.
“Las partículas más pequeñas son capaces de atravesar barreras biológicas y llegar hasta el cerebro, lo que significa que estamos consumiendo plástico de manera directa”, explicó una activista ambiental consultada.
Las especies marinas son las primeras en resentir los efectos, expertos subrayan que la problemática abarca a todo el entorno natural y en última instancia, repercute en la salud de las personas.
Insisten en que se trata de una crisis completamente prevenible, aunque reconocen que el desafío es mayor frente al crecimiento de la demanda global de plásticos, la cual podría alcanzar mil millones de toneladas hacia 2050.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los microplásticos son fragmentos menores a cinco milímetros, aunque todavía no existe un estándar internacional para delimitar su tamaño.
Sin embargo, lo que sí está comprobado es que estas fibras forman parte del aire, del agua y de los alimentos que consume la población, lo que convierte la contaminación por plásticos en uno de los principales retos ambientales y de salud pública a nivel mundial.