Este fin de semana, activistas sociales y colectivos ciudadanos -entre ellos madres buscadoras, maestros, estudiantes y trabajadores-reactivaron en Cancún el llamado “Museo de los hampones, corruptos, ladrones y genocidas de México”, una galería urbana que busca exponer a quienes, aseguran, han sido responsables de la corrupción, la violencia y la impunidad en el país.
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El museo fue reinstalado debajo del puente de la avenida Bonampak, esquina con José López Portillo, sitio donde originalmente fue inaugurado en 2017 por el activista José Alberto Pech Tzec y un grupo de luchadores sociales.
La exposición reúne imágenes de personajes políticos de distintos niveles: expresidentes, exgobernadores, exfuncionarios, diputados, senadores, regidores y líderes sindicales.
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“Queremos que no se olvide la historia de México. La gente debe saber quiénes son los causantes de la tragedia nacional: los corruptos, los responsables de desapariciones, homicidios y saqueo del erario. Ellos son el verdadero cártel delincuencial del país”, declaró Pech Tzec durante la reinstalación.
El activista subrayó que en el museo también figuran políticos quintanarroenses ligados a lo que denominó “el cártel del despojo”, integrado -explicó- por funcionarios y exdiputados que se apropiaron de bienes de lujo y propiedades de familias locales, nacionales y extranjeras.
Entre los personajes exhibidos se mencionan a los exgobernadores Pedro Joaquín Coldwell, Félix González Canto y Roberto Borge Angulo, así como al exsenador Jorge Emilio “El Niño Verde” González Martínez, los exalcaldes Mauricio Góngora y Juan Carrillo, y el exdiputado local Gustavo Miranda, entre otros.
También aparecen el senador morenista Eugenio Segura, aspirante a la gubernatura, y el actual titular de Bienestar estatal, Pablo Bustamante, quienes -según denuncian los organizadores fueron recientemente retirados del mural por presuntos enviados políticos.
Apenas unas horas después de su reinstalación, el museo fue vandalizado nuevamente: desaparecieron las imágenes de Segura y Bustamante.
Los activistas respondieron advirtiendo que, si las quitan otra vez, las colocarán en mantas frente al Palacio Municipal de Cancún, “para que la gente no olvide a los responsables de tantos abusos”.
“Estos hampones, coaligados entre partidos y colores, siguen medrando del erario. No podemos callar. Si las autoridades no los frenan, lo haremos nosotros con la memoria colectiva”, sentenció Pech.
El grupo anunció además la creación de una versión itinerante del museo, con el fin de llevar la exposición a otras partes de Cancún, del estado y ciudades del país.
Por lo pronto, este sábado participarán en el acto convocado por el movimiento 9N, a las 5 de la tarde, en la explanada del Palacio Municipal.
Con ocho años de existencia y múltiples agresiones, el Museo de los Hampones se ha convertido en un símbolo incómodo para la clase política. Su permanencia depende del mismo esfuerzo ciudadano que busca mantener viva la memoria de los abusos que afirman, el poder intenta borrar.