El transporte público en Cancún volvió a quedar en evidencia al colapsar el servicio; usuarios acusaron abusos y omisiones en plena temporada vacacional.
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Habitantes, empleados e incluso visitantes exigieron sanciones contra compañías de transporte, por esperas de hasta dos horas para abordar una unidad, además de cobros excesivos en taxistas, Urvans y “combis”.
La falta de camiones de las cuatro empresas concesionarias municipales —Autocar Cancún, Turicun, Maya Caribe y la cooperativa de Bonfil— fue aprovechada por algunos operadores para aumentar ilegalmente el costo del pasaje hasta en un 150 %.
Mediante recorridos en paraderos y publicaciones en redes sociales, pasajeros de diversas zonas de la ciudad señalaron que la escasez de unidades les impidió llegar puntualmente a sus empleos, cumplir con actividades cotidianas o incluso desplazarse a playas y plazas comerciales.
“Esperé casi dos horas en la ruta Lak’in–zona hotelera. Al final tuve que abordar una ‘combi’ que me cobró 25 pesos cuando normalmente pago 10”, se quejó Rosa María Tun, trabajadora de un hotel en Punta Cancún.
Por su parte, Luis Fernando May, empleado de mantenimiento, indicó que “los camiones pasan saturados o simplemente no circulan; los choferes se aprovechan porque saben que no tenemos alternativa”.
María del Carmen Espinosa, turista originaria de Monterrey, relató que ella y su familia se alojaron en un hotel del centro y, aunque acudieron temprano a Playa Delfines, por la tarde el paradero se encontraba repleto, con cientos de personas esperando debido a la ausencia de autobuses.
Escenas similares se registraron en los paraderos de las playas Tortugas, Marlín y Fórum, así como en Plaza Kukulcán y en los centros comerciales La Isla y Las Américas.
Según Rafael Hernández Kotasek, director del Instituto de Movilidad de Quintana Roo (Imoveqroo), aunque existen más de mil autobuses concesionados legalmente, sólo 520 se encuentran en funcionamiento, lo que representa menos del 50 % del parque vehicular autorizado.
A esta problemática se añaden desperfectos mecánicos, unidades antiguas, sin aire acondicionado, sucias y en condiciones deficientes, además de constantes denuncias por maltrato de los conductores y violaciones al Reglamento de Tránsito.
Fuentes internas de Turicun y Autocar admitieron que numerosos camiones permanecen en los encierros por la falta de operadores, quienes optan por manejar Urvans y “combis” debido a que generan mayores ganancias diarias.
“Cada ‘combi’ puede producir hasta 2 mil 500 pesos diarios por unidad, mientras que el esquema de los autobuses resulta menos rentable para el chofer”, explicó una fuente que solicitó el anonimato.
Este desbalance ha provocado un aumento en los abusos. Carlos Uzcanga, residente de la Región 95, acusó en redes sociales que el conductor de la unidad 757 elevó la tarifa a 25 pesos “por ser Navidad” y obligó a su esposa y a su hijo a descender del vehículo por no contar con la cantidad exigida. “Los dejó en la banqueta sin importarle nada. Eso no es servicio público, es un abuso”, escribió el ciudadano inconforme.
Estos hechos contrastan con lo declarado por el líder del gremio taxista y diputado local del PT, Rubén Carrillo Buenfil, quien aseguró que no habría incrementos y que cualquier aportación extra sería “voluntaria”.
Desde la Dirección de Transporte y Vialidad del Ayuntamiento de Benito Juárez se reconoce que en la ciudad circulan más de dos mil Urvans y unos mil autobuses, y que las rutas con mayor afluencia —Lak’in, Rehoyada, La Joya y 20 de Noviembre hacia la zona hotelera— presentaron una disminución evidente de unidades durante el periodo vacacional.
Los pasajeros demandan sanciones efectivas contra conductores abusivos y una supervisión más estricta a las empresas concesionarias.
“Mientras tanto, la movilidad en Cancún sigue dependiendo más de la tolerancia al abuso que de un servicio público digno y eficiente”, concluyó Carlos Uzcanga.