
Residentes y ambientalistas de Cancún expresaron su preocupación ante la “invasión” de fauna silvestre que cada vez se observa con más frecuencia en las zonas urbanas de la ciudad. La presencia inusual de animales como cocodrilos, flamencos, tlacuaches y otras especies generó alarma entre la población debido a los riesgos que esto implica para la seguridad y el equilibrio ambiental.
En días recientes, se reportó la presencia de un flamenco caminando por las calles de la ciudad, un hecho inusual que encendió las alertas entre especialistas y autoridades. La especia, que habita comúnmente en zonas costeras y lagunares, apareció desorientada, aparentemente alejada de su hábitat natural.
A este suceso se suma el incremento de avistamientos de cocodrilos en colonias como Corales, Lombardo Toledano y Donceles, todas ellas cercanas a cuerpos de agua y manglares. De acuerdo con datos de autoridades, en lo que va del año se registraron al menos siete reportes, casi la mitad de los 15 que se documentaron durante todo 2024.
Este patrón preocupa debido a que los encuentros se están presentando cada vez con mayor frecuencia en áreas habitadas. Además, se reportaron otras especias como boas, mapaches, coaties y tlacuaches, los cuales tuvieron que ser reubicados por personal especializado.
Uno de los casos más recientes ocurrió en una farmacia de la ciudad, donde un tlacuache quedó atrapado detrás de un exhibidor refrigerado ubicado en la entrada del establecimiento. El hallazgo sorprendió a clientes y empleados, quienes solicitaron la intervención del Cuerpo Heroico de Bomberos de la ciudad.
Los rescatistas realizaron una maniobra cuidadosa para liberar al pequeño marsupial sin causarle daño. Tras constatar que no presentaba lesiones, fue reintegrado a su hábitat en un área verde cercana.
De acuerdo con una experta en cocodrilos, estos reptiles son altamente territoriales y durante la temporada de lluvias, coincidente con su periodo reproductivo, aumentan sus desplazamientos.
Explicó que cualquier presencia humana cercana de sus nidos puede provocar reacciones defensivas o ataques, como ocurrió recientemente cuando un turista resultó herido al intentar tomarse una fotografía con uno de estos animales.