Un hombre fue detenido por elementos de la policía municipal luego de agredir físicamente a empleados y causar severos daños materiales en un establecimiento de comida rápida ubicado en la plaza comercial Centro Maya, en Playa del Carmen, tras molestarse por el tiempo de espera de su pedido. De acuerdo con los hechos, el incidente ocurrió cuando el personal del negocio informó al cliente que debía esperar su turno debido a que se encontraban preparando dos órdenes previas.
La indicación provocó una reacción violenta del individuo, quien perdió el control y comenzó a golpear el mostrador, generando pánico entre trabajadores y comensales. La agresión escaló rápidamente a daños contra el patrimonio del establecimiento.
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El hombre arrojó al suelo el equipo de cómputo, la pantalla del sistema de pedidos, la caja de propinas y diversos enseres del área de atención, dejando el local parcialmente inoperante. Durante el forcejeo, uno de los objetos lanzados impactó al cocinero, quien resultó con una herida mientras intentaba proteger la zona de trabajo.
Una empleada encargada del mostrador, de nacionalidad argentina, solicitó auxilio a gritos mientras registraba los hechos con su teléfono móvil. El material fue difundido posteriormente en redes sociales, donde el caso generó una amplia reacción ciudadana.
En las imágenes se observa que el agresor intentó retirarse del lugar acompañado por dos menores de edad, presuntamente sus hijos, quienes mostraban desconcierto ante la conducta del adulto. El intento de huida fue impedido por ciudadanos y personal de seguridad privada de la plaza, quienes le cerraron el paso hasta el arribo de elementos de la policía municipal.
Los oficiales interceptaron al individuo y lo obligaron a regresar al establecimiento para responder por los hechos ante decenas de testigos que lo identificaban como responsable del altercado.
Durante la intervención policial, el hombre intentó minimizar lo ocurrido y manifestó que únicamente estaba dispuesto a pagar el costo de la comida, negándose a cubrir los daños ocasionados al equipo electrónico y mobiliario que destruyó.
La empleada afectada rechazó esta postura y exigió la reparación total de los daños, además de señalar la agresión sufrida por su compañero de trabajo. Ante la negativa reiterada del individuo para asumir su responsabilidad, la trabajadora informó a los oficiales que procedería legalmente.
En consecuencia, los policías le colocaron las esposas y realizaron su detención formal para ponerlo a disposición de la autoridad correspondiente.
El arresto se produjo en medio de la atención de numerosos clientes que presenciaron los hechos, en un espacio familiar donde el incidente evidenció fallas en el control de conductas violentas y reavivó la discusión sobre la protección del personal que labora en establecimientos de atención al público.
