La mañana de este viernes, automovilistas que transitaban por la intersección de la avenida Constituyentes y el libramiento, en la zona poniente de la ciudad, se llevaron una impactante sorpresa al encontrar a un hombre gravemente herido que pedía auxilio.
El sujeto, con el cuerpo cubierto de sangre y una profunda lesión en el cuello, permanecía consciente y con signos vitales.
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De inmediato, los conductores detuvieron su marcha y solicitaron apoyo a los cuerpos de emergencia. Paramédicos de la Cruz Roja Mexicana arribaron rápidamente al lugar y, tras una valoración inicial, procedieron a brindarle atención prehospitalaria.
Debido a la gravedad de la herida, el hombre fue trasladado en código amarillo al Hospital General de Playa del Carmen para recibir atención médica especializada.
Elementos de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal también llegaron al punto y acordonaron el área mientras recababan datos preliminares sobre lo sucedido. De manera extraoficial, se informó que la víctima podría haber sido privada de su libertad durante la noche y abandonada en el sitio durante las primeras horas de la mañana, en un tramo poco transitado y sin vigilancia constante.
El lesionado, cuya identidad no ha sido revelada, alcanzó a declarar que lo habían “ido a tirar” en ese lugar, sin ofrecer más detalles sobre sus agresores o las circunstancias previas al ataque. A pesar de la hemorragia abundante, logró mantenerse consciente el tiempo suficiente para pedir ayuda y ser auxiliado.
Hasta el momento, las autoridades no han emitido un comunicado oficial sobre el móvil de la agresión ni la posible relación con otros hechos violentos ocurridos en la región. El caso quedó bajo investigación de la Fiscalía General del Estado, que realizará las indagatorias correspondientes para esclarecer el ataque e identificar a los responsables.
La zona donde fue hallado el hombre quedó bajo resguardo mientras peritos levantaban indicios que puedan contribuir a la investigación. La rápida intervención de testigos y paramédicos fue clave para que la víctima aún tenga posibilidades de sobrevivir a la brutal agresión.