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Yucatán

¿Caldo de microbios? ¡No, Puerto de Abrigo!

Por Romeo Frías Bobadilla

En un abrir y cerrar de ojos

En la administración de Luis Torres Mesías (q.e.p.d.) hubo una bronca tremenda por el asunto del agua potable.

Se hizo, a nuestro parecer, una campaña injusta, promovida por intereses políticos, sin saber que el mencionado servicio iba a ser una bendición.

Una comisión de esos intereses viajó a Campeche para entrevistarse con el presidente Díaz Ordaz, quien se encontraba en esa Entidad. Este zarandeó al grupo diciéndole que lo querían los yucatecos era “caldo de microbios”.

Posteriormente vino un rompimiento muy perjudicial para nuestro Estado, ya que el centro dispuso que se suspendieran todas las obras que el Gobierno Federal estaba realizando en Yucatán.

Sin embargo, Díaz Ordaz cortó por la paz, y para reconciliarse con los yucatecos les preguntó a sus consejeros cuál era la obra más importante que necesitaba nuestro Estado en esos momentos. Seguramente le dijeron que un Puerto de Abrigo, que Progreso y todo Yucatán pedía.

Entonces el Presidente recapacitó:

“¡Caldo de microbios no, Puerto de Abrigo!”, y la obra se hizo en un año más o menos.

Díaz Ordaz siguió llevándose con los yucatecos y nuestro Estado ya tenía otro puerto, que le ha dado mucho a la Entidad y también a los empresarios, capitalistas e industriales, que han invertido en el negocio de la pesca.

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