Ariel Avilés Marín
Cuando uno habla de museos, nuestra imaginación vuela sin remedio a sitios emblemáticos como L’Ouvre, El Pardo, Le Hermitage o la Tate Galery; sin embargo, por todo el orbe existen salas y salas y más salas que ponen ante nuestros ojos la posibilidad de reconstruir, aunque sea mentalmente, un pasado con un valor fundamental para la cultura de cada lugar donde estas salas se encuentran. A lo largo de la historia ha habido mentes sensibles que han percibido el valor inconmensurable de la historia y la necesidad profunda de preservar su memoria. Así vemos a un Napoleón llevando a Francia lo más valioso de la cultura egipcia y depositarlo en custodia en L’Ouvre. La Tate Galery de Londres está enriquecida con piezas únicas y esenciales de las culturas egipcia, etrusca y griega. Por todo el planeta, museos de mayor o menor tamaño dejan un vivo testimonio de un pasado que debe llegar a las generaciones actuales para brindar información y ejemplos de los sucesos más trascendentes y, sobre todo, de los más graves errores, para no volver a caer en ellos.
En el marco de los eventos que se están llevando a cabo por el Atlas Histórico y Cultural de Yucatán, la tarde noche del martes 18, en el Salón de Usos Múltiples del Gran Museo del Mundo Maya, se llevó a cabo la presentación del libro “El Museo Yucateco” de la autoría de la doctora Blanca González Rodríguez, destacada historiadora e investigadora local. El evento despertó gran interés, por lo que la sala se vio pletórica de gente que no sólo escuchó la presentación, sino que, además, adquirió el libro, por lo que al concluir la presentación formal se formó una larga cola de lectores que solicitaban la dedicatoria de la autora.
En el caso concreto de nuestro país, destacados personajes de la cultura han promovido, en diferentes épocas, importantes museos de arte, historia o arqueología. Tal es el caso de personajes como Jaime Torres Bodet, quien promovió la creación del Museo Nacional de Antropología e Historia; Diego Rivera también tuvo muy presente la importancia del rescate y la conservación de los vestigios prehispánicos, como puede apreciarse en las estelas y bajo relieves mayas que se exhiben en la Casa Museo “Dolores Olmedo”; Carlos Pellicer Cámara, regala a Tepoztlán su importante colección de piezas mayas, totonacas, mexicas, teotihuacanas, zapotecas, olmecas, de la costa de Colima y del propio Tepoztlán. Muchos ejemplos más se pueden citar de esta importante labor de rescate de nuestro pasado.
La mesa de presentación del libro de Blanca González estuvo integrada por: La Dra. Sylviane Boucher Le Landes, el Mtro. Enrique Martín Briceño, la propia autora y con la moderación de la Lic. Laura Ramírez Rasgado, directora del Gran Museo del Mundo Maya. Los amenos trabajos de los presentadores dieron cuenta de la importancia y acuciosidad de la labor de investigación de Blanca.
Blanca González nos dice: “La importancia del Museo Yucateco, estriba en que fue el primer museo público de Yucatán”, comenta y agrega: “Ya antes, había colecciones particulares, como las de los padres Camacho o la de Don Florentino Gimeno, comerciante español, ambas en la ciudad de Campeche. Siendo particulares, nadie pudo evitar que muchas de sus piezas fueran vendidas, incluso sacadas del país. Es de singular importancia que el Estado sea responsable del patrimonio de cada lugar”, señaló con énfasis.
La doctora Blanca González Rodríguez es antropóloga social e historiadora, es investigadora del Centro Regional del INAH desde 1979, ha ocupado la dirección del Museo Palacio Cantón de 1999 a 2009,ha sido vicepresidente del Consejo Internacional de Museos de 2010 a 2016. Ha publicado varias e importantes obras como: El Palacio del General Cantón. Cien Años de Historia, El Porfiriato Henequenero, El Antiguo Ejido de Dzemul. Henequén y mano de obra en Yucatán, La República Imaginaria, La Disputa por el Financiamiento Henequenero, Cuatro Proyectos de Cambio en Yucatán y La Historia Compartida del Museo Yucateco al Gran Museo del Mundo Maya.
“Para llegar al Museo Yucateco, hubo varios intentos, hasta que se instala en 1871 en el Instituto Literario de Yucatán, lo funda el gobernador Manuel Cirerol Canto y su primer director fue Don Crescencio Carrillo y Ancona, quien incluso aporta su colección particular. El museo nunca dio acceso al público; por un conflicto con el Gobierno de la República, Carrillo y Ancona deja la dirección e incluso se lleva sus piezas. Es hasta 1877, que el museo toma carácter público. El Museo Yucateco pasó por muchas etapas aciagas, muchas veces, el director era la única persona encargada del lugar; ya con carácter público, lo dirige Don Juan Peón Contreras, quien por sus relaciones logra el apoyo para contar con personal de auxilio”.
El libro presentado tiene una magnífica edición, está impreso en papel de muy buena calidad y peso; cuenta con una profusa ilustración con fotografías valiosas de carácter histórico. Sus diferentes partes y capítulos nos dan cuenta de sus etapas históricas paso a paso, hasta su transformación en Museo Arqueológico e Histórico de Yucatán, que por muchos años estuvo ubicado en el antiguo Hospital de San Juan de Dios. Mención aparte nos merece el apéndice de listados que da cuenta detallada de las piezas y documentos históricos resguardados por muchos años en el museo.
“Todo museo es fundamental para preservar la historia; no importa si es chico o es grande, lo importante es su existencia”, nos explica Blanca y agrega: “Como el caso del Jardín Botánico del CICY, empezó así y ahora es un museo”. “Este libro es un gran logro, como historiadora es un tema de mi interés, había que rescatar la información. El Museo Yucateco tiene una gran trascendencia, muchas de sus piezas aún están en museos actuales”.
Forjar una identidad ha sido uno de los logros más trascendentes de esta antigua institución, al respecto nos dice el Dr. Fidencio Briceño Chel en la introducción: “Desde su propuesta de apertura, se percibe un tufo de discriminación,… no se mira pensando en los indígenas, pero sí para lo patriótico y los patriotas, pero a pesar de ello, las piezas mayas y su atractivo fascinaron al mundo y convirtieron este museo en un espacio importante a nivel mundial… El museo retrata el auge y la riqueza de esta región del mundo, así como la falta de interés y apoyo durante una parte de su historia en la que viene en declive y es abandonado, hasta su resurgimiento con los gobiernos socialistas”.
Blanca agrega: “Es muy difícil señalar a un director como el más importante, no había profesionales en la materia, era gente culta quienes fueron encargados de la dirección en sus primeros tiempos; tenemos el caso de Gamboa Guzmán, empieza a hacer una colección de retratos que termina transformándose en una Galería de Yucatecos Ilustres. Lo importante es seguir investigando sobre los muesos, es una manera de ir forjando una identidad regional”, concluye.
Salimos del Gran Museo del Mundo Maya con la convicción de que, gente tan valiosa como Blanca González, tiene mucho que aportar a la cultura de nuestro estado.