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Yucatán

POR ESTO!, periódico incluyente, con visión de género

POR ESTO! ha sido un periódico incluyente, con visión de género, que además ha promovido e impulsado los derechos humanos de las personas de la comunidad gay y también ha recuperado las voces de niñas con su suplemento infantil Mundos, por lo que su presencia en la Península es fundamental.

Socorro Chablé González, Georgina Rosado Rosado, Verónica García Rodríguez y Martha Núñez Sarmiento, destacadas intelectuales, junto con el periodista Germán Pasos Tzec, participaron ayer en la mesa “El periodismo como medio para la equidad”, en el marco del IV Seminario Internacional de Periodismo que con motivo de los 28 años de POR ESTO! se lleva a cabo en la Feria Internacional de la Lectura Yucatán.

Fue precisamente la académica Núñez Sarmiento, profesora del Instituto Internacional de Periodismo “José Martí” de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), la que, al hablar del caso de su país, señaló que para practicar una estrategia comunicativa con enfoque de género hay que seguir tres reglas: una en la que los periodistas tienen que estudiar las situaciones sociales concretas en las que se manifiestan las discriminaciones entre mujeres, hombres y LGBT, así como los avances que han ocurrido en estos contextos para destruir estas discriminaciones cuando escriban los temas que comunicarán a sus audiencias.

La segunda regla es, como dijo Isabel Moya, la fortaleza que podría adquirir el periodismo cubano cuando se integren las letras con género. Es decir, los mensajes deben contener las diferentes perspectivas que existen para llevar a la práctica los cambios necesarios para eliminar las discriminaciones que los comunicadores detectaron, siempre con la colaboración de científicos sociales.

Y, la tercera regla, sugiere que los comunicadores incluyan en los tópicos que escogieron para publicar los mitos patriarcales que priman en las cabezas masculinas, pero que las mujeres hemos borrado de nuestras maneras de ser.

Machismo en Cuba

“Deberían identificarlos con los refranes populares, los chistes o las letras de las canciones para demostrar cuán machistas somos en Cuba a pesar de todos los avances que hemos experimentado las féminas y que las mujeres hemos superado con creces a los hombres en materia de ideología de género”, indicó.

Puso ejemplos como el reportaje que con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, se presentó con el caso de una mujer directora de una refinería, pero la nota sólo se refirió a su belleza, su sonrisa, dijo que la familia le ayuda y nada más; nunca abordaron el hecho de que tuvo que estudiar con penurias y cómo le ayudaba la familia.

También refirió que, en la discusión de la nueva Constitución de su país, para incluir el matrimonio igualitario salió a relucir que la cuarta parte de las opiniones del debate en torno a eso no lo aprobaban, lo que también evidenció la homofobia de los cubanos.

Por su parte, Socorro Chablé González, fotógrafa y colaboradora de POR ESTO! con el suplemento Luna Maya, en el que aborda temas de equidad de género, dijo que en la década de los 90 del siglo pasado acudió a un taller de mujeres periodistas que observaron que la visión masculina que predominaba en los medios de comunicación estaba muy ligada a otros rezagos: por un lado, la dificultad de las mujeres para acceder al trabajo periodístico y, por el otro, su asignación a funciones estereotipadas.

“En su mayoría daban cobertura a las notas de sociales, pero su acceso era casi nulo a las secciones políticas, deportivas y económicas, entre otras. La visión masculina con que se descalificaba a las periodistas también se vio reflejada en su falta de acceso a puestos de mando con poder de decisión y salarios dignos”, expresó.

“Si aún son escasos los ejemplos donde las mujeres ocupan puestos directivos, jefaturas de información o redacción, imaginemos cómo eran las cosas hasta hace apenas algunas décadas”, apuntó, y “frente a esa realidad, ¿cómo podríamos haber pensado en un abordaje equitativo de las noticias?, ¿cómo podríamos haber imaginado que se visibilizara la condición de las mujeres con una visión libre de estereotipos? ¿Cómo podríamos haber imaginado una vida libre de violencia? Si desde los propios medios de comunicación ya se ejercía la discriminación como una forma de violencia de género”.

Las muertas de Juárez

Chablé González señaló que el ejemplo de las asesinadas de Ciudad Juárez es contundente, tuvieron que pasar muchos años para que algunos medios dieran cuenta de lo que estaba pasando y, aun cuando eso sucedió, no se hizo esperar la visión machista con que esas noticias se difundieron. A ellas se les culpaba de ser violadas y asesinadas por su forma de vestir, por andar solas en la noche o por cualquier otra cosa que hiciera pensar que eran transgresoras.

“Aquí, en Yucatán, recuerdo otro ejemplo indignante, en el que al dar cuenta del hallazgo de una mujer asesinada, varios medios de comunicación reportaban en sus primeras notas que se desconocía su identidad, pero que por el color con que sus uñas estaban pintadas se podía deducir que era bailarina de un antro. Tiempo después se supo que era una enfermera”.

Relató que, luego de esas reflexiones, en 1995 se fundó La Red Nacional de Periodistas de México con 55 periodistas de 18 Estados. Luego le siguieron la creación de la Red de Periodistas de México Centroamérica y el Caribe, la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género creada en el 2005 e integrada por 36 países y la Red Latinoamericana de Periodistas.

“La creación de redes ha sido uno de los logros más significativos, ya que trabajar en colectivo nos fortalece más que el trabajo individual, particularmente cuando se trata de romper resistencias anquilosadas por tanto tiempo”, indicó.

Señaló que estar articuladas nos ha permitido acceder a una mejor capacitación y profesionalización del oficio, para construir las herramientas necesarias en la tarea de impulsar un periodismo incluyente y no sexista, visibilizar las particularidades en las condiciones de vida de las mujeres por cada Entidad, establecer puentes de apoyo y solidaridad con todas aquellas que enfrentan agresiones en el ejercicio de su trabajo, y en la exigencia por el respeto a los derechos humanos de todas.

“Al día de hoy, muchas integrantes de esas redes han creado sus propios medios de comunicación y, actualmente, dirigen sus propias revistas, periódicos, programas de radio o, en su caso, secciones en los medios masivos, como lo es nuestra sección Luna Maya en el periódico POR ESTO! con más de 10 años de haberse fundado.

Indicó que una periodista en los años noventa le dijo que lo que no se ve no existe y, “en consecuencia, si las mujeres somos el 52 por ciento de la población mundial, relegar de los medios de comunicación todo aquello que compete a nuestra condición de vida, podría ser una de las peores violaciones a nuestros derechos humanos o, acaso, ¿no existir y no ser visibles a los demás es poca cosa?”.

Dijo que esas reflexiones forman parte de su experiencia personal en la construcción de un periodismo con visión de género, con la firme convicción de que si logramos reproducir un periodismo incluyente, no sexista y libre de estereotipos, estaremos en camino de incidir en la construcción de una sociedad más responsable, justa y equitativa, donde todos y todas seamos visibles.

La equidad, fundamental

A su vez, Georgina Rosado Rosado, ex directora del Instituto para la Equidad de Género en Yucatán, expuso que promover la equidad es necesario, fundamental para cambiar la realidad, para cambiar la vida en la que viven las víctimas de inequidad. Con la promoción de la equidad se busca igualdad de derechos y oportunidades, más allá de las diferencias en el sexo, género, etnia, orientación y demás.

“Quienes diseñan políticas públicas consideren las diferencias entre los sectores, tanto en condiciones materiales y subjetivas. No puede haber una ley, estrategia económica, religión, mucho menos moral única aplicada a todos; sería contraproducente, profundiza desequilibrios sociales, sería tremendamente injusto, dictatorial”.

Refirió un colonialismo y patriarcado impuestos, cuando se habla de equidad se refiere a salud, educación, vivienda, vida sin violencia, y uno de los mayores objetivos es incluirlos a todos a un estado de bienestar, es preciso aclarar, no incluye condiciones materiales equitativas.

“Para el feminismo indígena implica reconocer que la madre tierra, el inframundo, la matriz, nos pertenece, nadie tiene derecho a ella, sólo los legítimos herederos”, anotó.

Demandó fortalecer las asociaciones de la sociedad civil, no anularlas con la pretensión de que el Estado por fin cumplirá sus funciones; los métodos son distintos, las asociaciones trabajan en el sentido de empoderar a la sociedad; el Estado va en otro aspecto; poner en una sola persona los recursos para su ejercicio es autoritarismo; son fundamentales los medios comprometidos con la justicia social.

“Los que tenemos espacios libres pensamos que es preciso luchar contra la xenofobia, el machismo, el sexismo y eso requiere plena libertad de expresión. Y POR ESTO! está en la trinchera de la lucha por un mundo mejor”, dijo.

El tema gay en Yucatán

Germán Pasos Tzec habló de sus libros, en los que ha abordado el tema gay en la Entidad. Y, en ese sentido, comentó que el texto denominado “Libros, homosexualidad y cultura” fue su tesis de licenciatura en 1992, basado en una serie de entrevistas, técnica utilizada en el periodismo, un contexto discriminatorio igual al que se vive hoy por causa de sectores retardatarios, exactamente igual que hace 30 años. Fue la primera tesis acerca de las diversidades sexuales y ha sido obra de referencia.

Recordó a Oswaldo Baqueiro López, director del Diario del Sureste. Muchos me han transmitido pasiones, pero de mis dos maestros, Oswaldo Baqueiro y Mario Renato Menéndez Rodríguez, he aprendido el valor y la fortaleza. Sólo POR ESTO! informa de las marchas gays, los concursos de belleza travesti, vemos cómo Mérida avanza económicamente, pero no así su cultura, hay más autos, edificios, pero ese avance no corresponde a la equidad social y mucho menos al avance cultural y de derechos civiles de la comunidad LGBTT, que es donde sirve el trabajo de un buen periodista.

Se refirió a otros libros suyos “Travestis, transgéneros y transexuales de Mérida, la diversidad genérica, espacios y pasarelas” y “Mérida gay”, crónica de los movimientos en la ciudad de Mérida, son acontecimientos vivenciales y recopilaciones de reportajes de otros compañeros, son acontecimientos que no presentan explicaciones ni análisis. Ojalá escuchen a la sociedad e incluyan el matrimonio igualitario, señaló.

Verónica García Rodríguez indicó que, en la actualidad, ya entrada la segunda mitad del siglo XXI, a más de cien años de iniciada en Latinoamérica la lucha por los derechos de las mujeres, vemos algunas conquistas logradas, como el voto de la mujer y su derecho a ser votada, la reciente ley de paridad en México y otras más, pero aún no se cumplen por completo en los hechos, aún existen muchos casos de violencia doméstica, la doble jornada, violaciones y feminicidios.

Expresó que, al mismo tiempo, hay una especie de radicalismo en las luchas feministas que incitan al odio entre los géneros y no a la igualdad de derechos. Hoy, la mujer, para ser socialmente aceptada, tiene que ser “feminista” (entienda como lo entienda); moderna (estar a la vanguardia y tecnologizada); tiene que mirar al futuro y pensar en sí misma, pero siempre y cuando cumpla con los estándares de belleza y de conducta moral que dictan los modelos de familia, de la publicidad, el cine y la televisión, aunque éstos sean prácticamente irreales o inalcanzables.

¿De dónde puede agarrarse una niña o una joven indígena o mestiza en nuestra América para sentirse orgullosa de su madre o su abuela que no corresponde a los modelos de belleza que ve en la televisión ni le enseñan en la escuela según los prototipos de mujer exitosa?, se preguntó.

“¿Qué tan ciegos estamos que necesitamos ver en la pantalla grande una realidad tan cotidiana en la que la discriminación es tan evidente sobre nuestras mujeres indígenas, discriminación que se da de una mujer sobre otra mujer? ¿Qué tan necesitados estamos de la aprobación de Hollywood para afirmar nuestro talento latinoamericano? ¿Necesitamos de Vanity Faire, de Vogue, para validar la belleza de nuestras mujeres morenas y de rasgos indígenas?”, reflexionó.

Empoderamiento y sororidad

García Rodríguez expresó que las más actuales teorías de género nos hablan de dos palabras clave, que se han socializado entre las mujeres, aunque quizá si se han conceptualizado no se han concientizado como debieran interiorizarse, y son empoderamiento y sororidad.

La primera, que es la más común, tiene que ver con la autoestima y, la segunda, quizá la más compleja, tiene que ver con la solidaridad entre mujeres, que rompe con la histórica frese de “mujeres juntas ni difuntas”.

Expresó la necesidad de recuperar la memoria de nuestras niñas para que puedan reconocerse herederas de grandes mujeres, hacedoras de historia y cultura, para que puedan valorar a sus madres y abuelas, y a las mujeres de su comunidad. Esto podrá formar en un futuro mujeres empoderadas y sororas con otras mujeres, pero también con una identidad cultural más fortalecida que les permita interactuar en otros contextos sin olvidar sus raíces culturales.

Señaló que fue precisamente que en Mundos, el suplemento infantil, pudo conocerse, tiene una labor fundamental, les habla de Latinoamérica, les habla de las mujeres mayas, les habla de las demás niñas, gracias al POR ESTO! es que hay vida cultural en el Cereso de Mérida, a partir del POR ESTO! se abrió un parteaguas de la comunidad gay; se presentó un libro de la Iglesia y la comunidad gay en una disco y ningún periódico lo dio a conocer.

“Devolvamos la voz a las niñas para que tengamos un mundo igualitario para todos”, dijo, y se refirió asimismo al proyecto Ko’olelo’ob, Migrantes del Tiempo, que se trabajó durante 2016 con apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes con hijas, madres y abuelas de cuatro comunidades mayas de Yucatán y reveló que la palabra permite tejer un puente de comunicación intergeneracional que fortalece a su vez el empoderamiento de las mujeres y la relación familiar.

(Rafael Gómez Chi)

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