Hoy en día, los bautizados tenemos que apartarnos de ciertas ideologías, de ciertos comportamientos, para vivir rectamente como auténticos cristianos, dijo ayer el Arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, en la misa de confirmaciones que ofició en la iglesia catedral.
—En este segundo domingo de Pascua, tenemos la celebración del Señor de la Misericordia: la devoción a Jesús misericordioso fue difundida por los polacos, a partir de la segunda guerra mundial por santa Faustina, que murió en el año 1938 y fue canonizada por san Juan Pablo II, en el año 2000, por lo que se estableció este día para celebrar la Misericordia de Dios.
En la oración inicial y primera lectura escuchamos que Dios es de infinita misericordia y qué mayor misericordia que darnos a su hijo. Pues bien, la palabra de Dios hoy hace un énfasis especial en Pedro y cómo va creciendo la comunidad de los cristianos y aun cuando en ese tiempo muchos no querían bautizarse, por lo menos sentían simpatía por los cristianos.
En el principio era muy fácil distinguir quién era cristiano y quién no era cristiano y también a quienes veían con simpatía a los cristianos, hasta que se desató una persecución que no ha terminado hasta el día de hoy. Pero, en un principio, fue muy claro, muy definido quién es era cristiano y quién no lo era.
En la segunda lectura del libro del Apocalipsis, San Juan cae en éxtasis en un domingo, ahí es cuando tuvo toda la revelación del Apocalipsis y eso nos manifiesta que ya desde entonces los cristianos celebraban el primer día de la semana como el día del Señor, ya no como los judíos que celebran el sábado, ellos ya celebraban el Día del Señor en domingo.
“Yo soy el que vive y estuvo muerto”, dice Jesús a Juan que va a escribir las 7 cartas, a las distintas iglesias del Asia menor, y en el Evangelio encontramos que el mismo día de la resurrección, primer día de la semana (domingo) Jesús resucitado al atardecer se aparece en medio de los apóstoles estando las puertas de la casa cerrada y les ofrece su paz; por eso cuando el sacerdote ofrece “la paz sea con ustedes y da la paz” no es nada más que Cristo mostrando su misericordia e instituyendo el sacerdocio al decir a los apóstoles, que el Espíritu Santo perdonará los pecados a las personas a quienes ellos perdonen sus pequeños y los pecados quedarán retenidos a quienes no se les perdonen. Fue en el cenáculo donde les dio la autoridad “tomen y coman, tomen y beban”; esto es mi cuerpo; esta es mi sangre, hagan esto en memoria mía. Así surge el sacerdocio eucarístico, sacerdocio para la eucaristía y el día de la resurrección, soplando sobre ellos, el don del Espíritu Santo que les da el poder del sacerdocio reconciliador para que quede el perdón de los pecados administrados desde la iglesia.
Ese día no estaba Tomás con ellos y cuando le cuentan que el Señor Jesús se apareció entre ellos, no les cree y dice: tengo que ver; si no veo los agujeros de sus manos y no meto mi dedo, si no meto mi mano en su costado, no creeré. Ocho días después, en domingo, Tomás pudo creer al tocar las heridas de Jesús Resucitado, concluyó.
(Víctor Lara Martínez)